Mostrando entradas con la etiqueta Infancia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Infancia. Mostrar todas las entradas

jueves, 31 de marzo de 2016

Año 1 a.C. (antes de las computadoras)

El otro día, yendo por un descampao que me coge de camino al entrenamiento, pensaba que, entre toda las hierbas que han crecido por ahí, podría haber tres cosas: mierdas de perro, una serpiente jeringuillas.

Lo de las mierdas de perro tiene sentido, porque allí va un montón de gente con sus mascotas para que corran libremente y, sin embargo, nunca he visto a nadie con una bolsa en la mano por si se cagan, que es lo más normal teniendo en cuenta que los perros salen a cagar. 

Creo que lo de la serpiente se debe a que, siendo yo pequeño, me mordió una. Es posible que mi recuerdo sea difuso y que solamente se tratase de una culebra (que no deja de ser una serpiente) pero yo recuerdo una serpiente amarilla y negra, sin ojos y con 4 dientes que me mordió cuando escalaba un muro por el que se había embarcao un balón). Supongo que, al estar al lado de la antigua vía de tren cuya maleza comparte aspecto con la del descampao, he asociado los dos lugares.

Y, sin embargo, para lo que me cuesta más trabajo encontrar una explicación lógica es para lo de las jeringuillas, principalmente porque no he visto a ningún enganchao en ese descampao (sería incomodísimo meterse ahí, con los perros dando el coñazo). Creo que se debe a todas las historias que poblaban mi infancia sobre jeringuillas encontradas en sitios concretos. Recuerdo una que decía que se habían dado casos de gente que iba al cine y, al sentarse, notaban algo en el culo. Se levantaban y veían una jeringuilla en el asiento con un post-it que decía Enhorabuena. Tienes Sida.

Esta era una de tantas historias y, lo más curioso, es que todo el mundo conocía a alguien que le había pasado: la de la serpiente que medía al dueño por las noches, el fin de Sorpresa, sorpresa, y tantas y tantas otras que quedan en la memoria.
La cuestión es que con el paso de los años me he terminado enterando que todos estos bulos imposibles de demostrar  se contaban exactamente igual en todas partes y eso que era antes de la era "cadenas de hotmail". 

En mi afán por dilucidar cómo se perpetuaban estos mitos tengo algunas teorías que ahora mismo os presento:
1. Venían en la programación de la tele: Porque, hace unos años, la gente tenía una revista en su casa que decía que iban a echar por la tele durante toda la semana, con el partido que daba antena 3 y todo. Eso era un factor común de todas las casas, por lo que es bastante probable que apareciera ahí. Sin embargo todo el mundo afirmaba haber escuchado estas historias, por lo que esta teoría queda invalidada para dar paso a la siguiente.

2. Una secta: Más que una secta y la concepción que tenemos del término sería un grupo de gente aburrida de sus vidas que se reunía para conspirar creyéndose poseedor de la verdad absoluta. Vamos, una secta. El tema es que se inventarían historias para crear confusión y desestabilizar el sistema pero ¿como las difundían? esto nos lleva a la tercera teoría.

3. Juglares: Me gusta pensar que, a pesar de lo que los libros de Historia dicen, los juglares han existido desde hace poco y que seguían yendo, plazoleta por plazoleta, con su laud cantando no ya las gestas de algún caballero, sino las historias locas inventadas por la secta anteriormente nombrada. Estarían a sueldo de esta y, cada juglar con su prenda medieval, relataría no se qué de un perro llamado Ricky y un tarro de mermelada.

No escribía desde enero. Igual me estoy curando.

martes, 27 de octubre de 2015

La colectivización de los colores

Siempre he mantenido que mis ideales y mi forma de pensar actual se han ido forjando a lo largo de mis años de vida y de las experciencias por las que he pasado. Esto que os voy a contar pasó de verdad y lo recuerdo perfectamente: mi primera experiencia de colectivización.

Estaba yo en 1º de primaria (A, por supuesto) y mi profesora decidió romper con lo establecido. Nos dijo que todo el mundo tenía que volcar sus colores sobre su mesa y luego, cuando estuvieran todos a la vista de todo el mundo, iríamos cogiendo para que todo el mundo tuviera los mismos colores. Lo que ella no tuvo en cuenta es que, para que eso ocurriera, o bien todo el mundo tenía que haber depositado desde un primer momento el mismo número de colores o había que dividir todos los que había en partes iguales.

No sucedió ninguna de las dos cosas y, a la hora del reparto, la gente empezó a coger el color rojo. En cambio yo, sabiendo que había menos, cogí en primer lugar el color carne cuando me llegó mi turno. La gente iba cogiendo los colores básicos sin darse cuenta que, al ser precisamente básicos, habría al menos una cera para cada persona, pero que los colores carne, ocre (también llamado color caca), gris o blanco eran rara avis y estarían más cotizados.

Así pues, de lo que iba a ser una experiencia colectivizadora para dar a todo el mundo las mismas oportunidades, resultó que se creó una pequeña burguesía propietaria de colores (medios de producción de color, técnicamente) de la que yo era miembro.
Ahora yo tenía el poder y, lejos de satisfacerme, resultó ser un coñazo. A mí venía todo el mundo para pedirme el color carne y, como era mío, lo prestaba, si, pero a regañadientes o a cambio de que los demás le sacaran punta, y terminaba pintando caras apretando muy poquito el naranja.
Ahí me di cuenta de que yo no servía para ser de la clase dominante y que me apañaba bien con recursos escasos. También me di cuenta de que el color caca no se parecía al color de la caca.

Lo que nunca supe es si nuestras madres llegaron a enterarse de esto y, en caso afirmativo, cómo les sentó a aquellas que le habían comprado a su hija la caja plastidecor de 24 colores y llegó un día con 12 ceras carioca (que eran malísimas).

PD: ¿En África cómo le llaman al color carne?

miércoles, 15 de abril de 2015

Yo soy tu padre y en esta nave se cumplen mis normas

Cuando conoces a una persona durante mucho tiempo aprendes que esa persona no es perfecta en absoluto, que tiene sus fallos y que comete errores (muy grandes en ocasiones) porque es lo natural, pero aun así la quieres y le permites esas cosas. Lo mismo me pasa a mi con la Guerra de las Galaxias.

Hace tiempo empecé a observar ciertos elementos que me llabaman la atención de la saga y que, no es que se cargaran las películas, pero las hacían un poco más inverosímiles y rompían la lógica, al menos toda la que una película de ciencia ficción puede tener.

En primer lugar EH QUIETO! Igual hay spoilers. Vale, lo que iba diciendo, en primer lugar choca que, al final del episodio IV (tras haber huido con los androides que buscaban, rescatar a Leia de la misma estrella de la muerte, organizar un ataque y destruir el arma más poderosa de la galaxia) haya una ceremonia y los premiados sean únicamente Luke Skywalker y Han Solo. ¿Qué pasa con Chewbacca? que el tío también estuvo ahí y se ofreció a ser el cebo para llegar al sistema de celdas de la Estrella de la Muerte. Igual estamos asistiendo a la cara oscura de la rebelión y resulta que "los buenos" eran una pandilla de especiófobos de cuidao.

Otra cosa es el sistema de defensa de la propia Estrella de la Muerte. ¿De verdad una estación espacial con capacidad para destruir un planeta como Alderaan no tiene un escudo? ¿El Imperio Galáctico no podía destinar un poco de I+D+I para tapar un hueco por el que cabe un proyectil y que da directamente al núcleo de la Estrella? Ni una chapita metálica de dos metros sobraba, claro. Aunque bueno, se ve que aprendieron y en el retorno del Jedi había que acceder hasta el mismo núcleo.

Pero lo último sin duda es el sistema de protección de testigos de la Alianza Rebelde. Estamos ante una situación en la que, para alejar del peor villano del universo a sus hijos lo que hacemos es separarlos al nacer (mala idea teniendo en cuenta que Anakin no sabía que eran gemelos), llevarnos al niño a su planeta natal, con su familia verdadera y le dejamos que mantenga el mismo apellido que su padre. Y para rematar la jugada, su protector se cambia levemente el nombre: Ben Kenobi. Pues claro. Obi-Wan... ¿en qué estabas pensando, quillo? Se te suponía uno de los más sabios maestros jedi y te pegas este jugadón. Estupendo.

miércoles, 19 de febrero de 2014

El primo de Zumosol

Tengo que reconocer que a mi el primo de Zumosol no me gustó nunca. lo cierto es que no se si se debe a que lo veía un abusón o porque, al contrario que la mayoría de mi clase, yo no tenía un primo fuerte de gimnasio del que presumir.

Resulta que la estructura corporal de mi familia es la que comunmente se define como "el nota, ¿tú dónde metes to lo que comes?" porque el canijazo que tenemos está bastante acentuado aunque la mayoría seamos unos gordos psicológicos.
La cosa es que siempre hemos sido unos primos bastante heterogéneos en el sentido de que no éramos muy de destacar en los deportes, así que yo no podía presumir de mi primo el futbolista (mientras que mi compi de clase tenía a Arteaga como primo), ni del baloncestista, ni del gimnasta, ni nada. De hecho, como ya he dicho, éramos unos primos bastante similares, tanto físicamente como de gustos y costumbres, y esto daba lugar a que los que hacíamos deporte era en futbito en el colegio y poco más, (eso si, hemos tenido tradición de porteros dentro de esta escasa práctica deportiva).

Lo curioso es que fue con el paso de los años, cuando ya no nos hacía falta vacilar de primo o cuando nos habíamos acostumbrado a la situación de no tener un primo fuertote del que vacilar, que mi primo chico empezó a hacer deporte alejándose del fútbol y dándole por derecho al balonmano, y ahí se empezó a poner fuerte. Ya el proceso de zumosolización se completó en el momento en que empezó a jugar al rugby, donde compartimos vestuario junto con su hermano. Ya os he dicho que somos unos primos muy heterogéneos.

Por tanto, vereis que mi familia es un caso extraño en el que el primo de Zumosol es uno de los más chicos.
Y ya que estamos algunos dentro del mismo equipo, a la mayoría nos gusta tocar algún instrumento, nos van las mismas chorradas, etc. el susodicho primo ha decidido hacerse un blog, como muchos de nosotros, y ha empezado a escribir sus cosillas hace poco, así que ya estais visitándolo.

Entrad en:

PD: Si, esto era una entrada de publicidad.

jueves, 23 de mayo de 2013

Cuando me dieron un Curro

Hace tiempo, antes de que "joder el final de una peli" se llamara "spoiler", antes de que "jajajaja" se dijera "lol", antes de que Facebook sustituyera a Messenger, ocurrió (sufrí) una historia de joderle el messenger de otro (lo que ahora se llama "trollear").

El tema es que yo pasaba la tarde en casa de Curro, que por otra parte no era nada raro, de hecho casi pasaba en su casa el mismo tiempo que en la mía, y mientras yo jugaba a la Play él se puso en su ordenador (el nota era de esos que tenía un ordenador pa él mismo en el cuarto) a charlar por el messenger. El messenger antiguo, ese que no se le podían poner iconos nuevos y, a lo máximo, empezaban a aparecer algunos que se ponían fotos. Que, por cierto, por muy antigua que fuera la versión de Messenger, ya podía ser la versión -2.0 beta o lo que fuese, que en los libros de inglés siempre aparecía uno más antiguo acorde con la cara de los niños que aparecían.

Bueno, a lo que iba. Como todo el mundo sabe los amigos tienen que hacerse perradas para reafirmar la amistad, así que cuando abandonó la habitación -puede que pa cagar- vi que era mi oportunidad para gastarle una bromita.
Estaba charlando con Irene (que por aquella época, entre los 12 y los 15 años, nos gustaba a todos) y la conversación seguía abierta. Decidí empezar a decirle que tenía que contarle una cosa importante, que no se la quería contar por ahí pero no podía de otra manera por vergüenza, total, que quería salir con ella.
Fue en ese momento que el muchacho volvió al cuarto y gritó "¡No! Bueno vale, díselo". Obviamente el cambio de parecer tan repentino me extrañó, más aun cuando Irene respondió "Que dices Kike?" (Irene era de las pocas que escribía usando todas las letras) y Curro empezó a revolcarse en su cama de la risa.
El mu mamón se había metido en mi cuenta de msn pa joderme y al final terminé haciendo el trabajo yo solito.

Este autogolpe me enseñó a trolear con criterio y fijándome en todos los detalles y, en este último curso de la carrera, entre la gente de mi grupo, nos hemos dedicado a trolearnos los facebook e incluso los twiter sin ninguna piedad y extendiendo nuestra obra lo más rápido posible antes que la persona afectada se diera cuenta, llegando incluso a pensar qué ponerle a cada una de estas para que el golpe fuera más efectivo.
Y si mis amigos no fueran tan cagaos y no hubieran borrao sus ataques (hay que aprender a aceptar las derrotas) ahora mismo os jartaríais de reir viendo el resultao de nuestra guerra, pero os aguantais porque no hay na de na.

PD: A una clase de acabar la carrera, aun no me han troleao ni una vez, a pesar de varios intentos... Supongo que se lo debo a Curro.

jueves, 28 de marzo de 2013

Encuesta: Obi-Wan Kenobi

Una encuesta rápida. ¿Cuál es vuestro Obi-Wan Kenobi preferido? Para mi madre, y esto es totalmente cierto, es la tercera opción.


Cupletazo que le dedico, de Esto está embobao

Vi la Guerra de las Galaxias, va por ordenador
qué bien hecha, no veas que gracia, es un peliculón... 
Mira un camarón!
Como iba diciendo, es un peliculón
cuando Antonio Molina canta en la mina el peaso canción.
Uy se ma escapao...
Hmmmm... El malo de negro con la espada láser
y Antonio Molina, ¿con el pico que hace?
De pronto allí Obi-Wan Kenobi apareció.
Allí hay uno que le debo yo.
Po aligera y vamono!
No vea Antonio Molina como a Wan Kenobi se cargaba
No home no!
Al revés Wan Kenobi al Antonio Molina mataba.
Que no home no!
Lo que está claro que Obi-Wan Kenobi, Ke no vi nada!

domingo, 7 de octubre de 2012

A su derecha está el padre

Había un tiempo en el que el máximo enemigo se encontraba detrás de un teléfono, pero sin embargo había que convertirse en la persona más valiente del mundo y enfrentarse al terror.
 Para esto tendremos que remontarnos a los últimos años de primaria, 5º y 6º aproximadamente, esos años en los que las niñas dejaban de ser bichos raros y empezaban a atraernos.

Estos cambios empezaban en la clase, cuando el azar (y la profesora) te ponía de compañera a alguna de las niñas y todas las miradas del resto de compañeros hacía que los dos nuevos vecinos de mesa estuvieran más rojos que la familia de Carrillo. Obviamente  la situación se normalizaba y daba paso a las charlas, las notitas y las pamplinas. Total, que al final la niña te acababa gustando. Y toda la clase lo sabía.

Con eso de que era tu compañera pues también era normal que fuese la persona en la que más confiabas para consultarle cualquier duda de la clase. A veces con "olvidar" la tarea tenías alguna excusa para llamar y hablar con ella. Pero claro, ahí se escondía el gran peligro de llamar y que lo cogiese su padre. Ahí te pasabas unos diez minutos delante del teléfono, recordando el número, rezando a todos los dioses que tu mente de 11 años conocía para que lo cogiese ella directamente, o si no su hermano, incluso su madre, pero no su padre. Incluso una de las opciones válidas era confundirse de número, porque el padre podía ser el tío más buena gente del mundo, pero era el padre de la niña que uno quería como novia, lo que le convertía en suegro potencial.
Al final decidías llamar y, cuando una voz grave contestaba al otro lado, se te cerraba la garganta y a duras penas conseguías preguntar por ella. Los pocos segundos que transcurrían desde que la llamaba porque estaba en su habitación hasta que llegaba a coger el teléfono se hacían eternos, escuchando la respiración de su padre como si se tratase de un depredador.

Pero ojo, el enemigo también estaba en casa, porque en aquel entonces empezábamos a entender el conflicto de clases, de las clases de padres que les gusta dejar en ridículo a su hijo. 
Así, cuando el ring del teléfono sonaba en tu casa, si no eras rápido para descolgar podía llegar tu padre y responder, entre otras pamplinas, que si estabas, y no te pasaba el teléfono, o que si te podías poner y preguntarle si quería algo más.
Al final conseguías el teléfono con tanto calor en la cara que estabas seguro que le llegaría a través del auricular.

Esto es lo que nos hacía valientes de chicos, enfrentarnos a gente mayor que nosotros y que encima tenía potestad sobre la niña que nos gustaba.

Y si, esta historia tiene nombres y apellidos.

martes, 17 de abril de 2012

Roma Caput Mundi

Si soleis frecuentar el blog, que debeis, sabreis que no soy muy de hablar de cosas serias. Si soleis frecuentarme a mí, que no debeis, sabreis que no soy muy de hablar de cosas serias. Ahora bien, Roma merece un trato especial. Además es mi blog y escribo y hablo sobre lo que me da la gana.

Ya había estado en Roma, pero solo un día (si estar de 9:30 a 18:30 se puede considerar como tal) con muchísimo calor y un agobio tremendo porque queríamos verlo todo (hablo en plural porque, al igual que esta vez, también iba con Tania).

Esta vez, en cambio, ha sido bastante diferente.
Me temo que me estoy acostumbrando a hacer viajes a horas para nada decentes y a no poder dormir en el trayecto. Damn it!
Después de levantarme a las 5:20 y llegar a Roma a las 11:40 empezaba mi viaje turístico por derecho desde 2007 (viaje turístico por derecho es para mí aquel en el que vas de guiri con un plano por la ciudad y te quedas a dormir en un hotel).

Como ya os he dicho, esta vez fue diferente de la anterior, por el tiempo de estancia, obviamente, pero sobre todo por las sensaciones.
La primera fue salir del metro y encontrarme con el Anfiteatro Flavio, el Coliseo. Realmente lo recordaba mucho más pequeño. Me vino a la cabeza Estadio Azteca, de Calamaro, cuando dice "...y conocí el Estadio Azteca me quedé mudo / me aplastó ver al gigante". Pues algo por el estilo.

Mi imaginación y mi inquietud histórica me hacía imaginarme como una persona importante del Gades romano, amigo de los Balbo tal vez, o puede que un comerciante importante de Garum, el cual tiene su sitio reservado en el Coliseo en una placa que reza GADITANORVM.
A pesar de la lluvia podía imaginarme un día de calor sofocante, con el anfiteatro lleno y ambiente cargado por el arbero que se levanta. Y me imaginé, un poco (o bastante) influenciado por Gladiator, el público enloqueciendo cuando saben que lo próximo que tocaba ver era la actuación de uno de esos gladiadores cuya fama había logrado traspasar las siete colinas por su forma de luchar y, sobre todo, por nbo haber muerto aun en la arena del Coliseo.
Una reja que se levanta y ahí aparece, armado con una espada y defendido por un escudo y un casco mientras el público espera ver otra de sus legendarias batallas o presenciar el día en el que por fin cayó el aclamado guerrero.

Pero no me puedo quedar a ver el combate, que la entrada también incluye el Foro Romano y hay que verlo.
Paseando por la vía Apia, entre lo que eran termas y lugar de recreo, vuelvo la vista y veo el Coliseo, destruido. Me río y pienso en la que formó Obelix. Tania me mira sin entender muy bien la risa pero noto como Quique, con Q, ese pequeño yo de unos 7-10 años, está disfrutando conmigo, y aunque yo paseo, el juega a ser gladiador, senador, comerciante... lo de emperador y soldado no le llamó nunca mucho la atención.

Otra de las sensaciones diferentes con respecto a la otra visita romana es que, en aquella ocasión, le presté mucha más atención y me atrajo mucho más la parte artística que la histórica, aun cuando ambas se influyen mutuamente de un modo u otro.
No se por qué, pero, aun habiendo visto el Vaticano, la Piedad de Miguel Ángel, el Moises, Santa Maria Maggiore y todos esos lugares que un buen guiri debe pisar si va a Roma, me quedo con un templo a Saturno que actualmente se reduce a las columnas frontales, la imagen externa del Panteón de Agripa o el Ara Pacis desplazado de su emplazamiento original y con la imagen creada en mi mente de una Roma resplandeciente que se extendía desde Oriente próximo hasta los bosques de Alemania (salvo una pequeña aldea de irreductibles galos, por supuestísimo).

El clima también ha hecho que fueran dos viajes completamente diferentes. Las veces que he visto imágenes en postales de ciudades turísticas siempre aparecen completamente soleadas, salvo en aquellos casos en los que la lluvia forma parte del atractivo turístico.
Al ver esas postales en las que el buen tiempo parece ser perenne siempre me he preguntado si, al visitar una ciudad, no me estaré perdiendo un poco de su vida cotidiana y mirando la parte idealizada.
En esta ocasión, parece una estupidez, pero gracias al clima, lluvioso constantemente, me he sentido un poquito más romano que turista.

Y de esto me di cuenta al volver a casa. Creo que estaba demasiado ocupado en ver Roma que no vi lo que me estaba gustando Roma. Y ahora, viendo las fotos, veo que tengo unas ganas enormes de volver, de ver lo que nos ha faltado, de ver de forma diferente lo que ya hemos visto.

Supongo que podré hacerlo. Al fin y al cabo, todos los caminos llevan a Roma.

jueves, 22 de marzo de 2012

La culpa fue del cho cho cho

Que a mi me distrajo un montón! como dijo el Yuyu allá por el año 1996 con sus bordes del area.

El tema de quien tuvo la culpa es una pregunta que siempre se hace mi madre con muchos aspectos de mi vida. Quién tuvo la culpa de que yo tuerza la mano pa escribir, quién tuvo la culpa de que yo me quisiese dejar el pelo largo, quién tuvo la culpa de que me guste la música heavy y rockera preferiblemente con un volumen muy alto, quién tuvo la culpa de mis ideas políticas, quién tuvo la culpa de que solo tenga camisetas negras, etc.

Hoy, y a pesar de tener respuestas para todas ellas, voy a explicaros solo la cuestión del Heavy Metal. Y hoy, precisamente, cumple 30 años el mejor disco de la banda más grande de Heavy Metal (para mi gusto) que nos sirve de imagen para esta entrada.

Todo empezó desde pequeño, cuando veía a mis primas con los pelos como los Europe, los pantalones rotos y escuchando día si y día también Bon Jovi (mezclao con algo de Antonio Martín). Tanto me atraía eso que, un día de diciembre, creo que el año 94, en la radio pusieron algo de Bon Jovi y, por supuesto, me sentía en la obligación de estar de acuerdo con mis primas y que me gustase.
Empecé a bailar -ejem- "bailar" y mientras hacía las veces de Richie Sambora (sin yo saberlo, por supuesto) soplé en el belén, haciendo que todo el serrín fuera directamente a mi ojo y acabando en el hospital con un parche.
Ahí aprendí lo que era el rock duro.

Luego, en el 2000, llegó el Yuyu con sus Rockeros de la Puebla mientras que me escuchaba algunas canciones de Finisterra de Mägo de Oz (cuando eran buenos). Una mezcla que, obviamente, acabaría dando sus frutos.

Los huevos ya estaban incubándose y eclosionaron cuando, en San Felipe Neri, toda mi familia se dirigió al concierto de mi primo Lolo. Yo no sabía ni de que tipo era su música. Sabía que tocaba la guitarra, pero ya está.
Su grupo se llamaba Evil y, como os podeis imaginar, era de Heavy Metal. Yo, que siempre me han gustao los saltos, los empujones y los gritos, me metí junto con mi primo Carlos y mi prima Kry en mitad del barullo.
La verdad que yo no prestaba mucha atención a mi primo, ni a la música, hasta que dijo que le dedicaba una canción a mi abuelo: The Number of the Beast.
Y ahí me quede yo pensando que eso estaba guay. Y a esa le presté atención... pero no entendí nada.
Sabía que significaba El Número de la Bestia y que gritaban six six six (666).

Con el tiempo apareció el KazaA y me descargué la canción. Y luego vino otra, y después otras tantas. Hasta que le pedí algún disco directamente a mi primo. Pasé de todas las pistas restantes y escuché una y otra vez The Number of the Beast.
Tras cerca de una semana escuchando una única canción me dió por poner el disco entero. Qué discazo mare mía! (obviemos la parte de que era el Greatest Hits). Ahí fue cuando me empezó a gustar del todo este ruido.

Y, por qué os cuento todo esto? por qué el disco cumple 30 años? pues no, esto era la introducción precisamente al blog de mi primo, en el que habla de discos que tiene tirados por ahí (precisamente hoy habla de The Number of the Beast) y son muy, pero que muy recomendables.

Yellow Sharks & Hot Rats for all!!!

martes, 7 de febrero de 2012

Tú que quieres ser de mayor?


A los hijos de un vendedor: Bien ven-di-dos!
Imbecilidades aparte, qué típico es que de pequeños nos hagan esa pregunta, verdad? ¿Qué quieres ser de mayor? Y suele ser también bastante típico que los niños digan que quieren ser futbolistas o tener el mismo trabajo que su padre.

Yo me salgo de lo típico, la verdad, y lo de ser futbolista nunca entró en mis planes, incluso cuando me ofrecieron jugar en un equipo de portero.
El caso es que lo mío con los trabajos es similar a lo que me ocurre con los disfraces: en el plazo de 12 meses puedo cambiar de opinión unas siete, prácticamente.
Sin embargo, recuerdo perfectamente tres trabajos que siempre tuve en mente y hasta recuerdo el porqué los elegí.

El primero era mecánico. Esto comenzó un día que en clase teníamos que representar con mímica el trabajo que queríamos tener de mayor. Me entró un miedo terrible porque yo no sabía que quería ser, así que, cuando me llegó el turno de salir a la pizarra, empecé a hacer cosas sin mucho sentido como agacharme, me tumbaba, me ponía de pie y miraba hacia arriba, y uno de mis compañeros gritó que yo quería ser mecánico. Con tal de quitarme del medio dije que había acertado.
La cosa es que después seguí pensando sobre la idea y, durante mucho tiempo, estuve firmemente convencido de que, si había hecho esos gestos tan obviamente mecánicos, sin duda el trabajo de mi vida era estar en un garage con un mono azul lleno de grasa y oliendo a gasolina.
Ese día Toni dijo que quería ser asesino a sueldo.

El siguiente, y creo que es el que más ha durado, es el de Guardia Forestal. No estoy muy seguro de cómo llegué a querer serlo. Puede que fuera por un set de juego de los Micro Machines que vi o porque en Doñana los había visto. O igual los vi en Doñana y después me compraron lo de los Micro Machines... no lo se, la verdad. Lo único que recuerdo es que me gustaban porque iban en Quads y creía que luchaban contra malvados señores que querían destruir a los linces. O algo de eso.

El último fue un alarde de ingenio en su máximo exponente, tanto es así que aun hoy me planteo que puede ser un auténtico pelotazo. Esto venía de que, con lo que me gusta a mi el Carnaval y con lo bien que se ve en el teatro Falla, tenía (y tengo) una envidia terrible por aquellas personas que tenían entradas para todos los días y que iban sin pagar. Hasta que me di cuenta de que los había más afortunados. Aquellas personas que van día a día, sin pagar y, encima, cobran.
Ahí estaba la clave, el trabajo de mi vida era ser tramoyista. Eso si, tenía muy claro que solo trabajaría de tramoyista en el falla y en el periodo que durase el COAC.

Y todo esto a que viene? a que estoy estudiando Arqueología y he recordado que, antes de empezar la carrera, era mi meta laboral. Luego descubrí que si las películas de Indiana Jones relataran la labor real de un arqueólogo iba a ir a verlas Rita la cantaora.

Pd: y la foto? pues porque a este le habrán hecho mil bromas del tipo "qué te quentin Tarantino?" pero diciendo algo así como "tú adebayor que quieres ser?".

martes, 6 de diciembre de 2011

La regla de las palabrotas

Ciao ragazzi!
El otro día, hablando con una niña pequeña de la cual no os voy a dar el nombre para proteger su intimidad y porque no se si es legal o no, escuché como decía una palabrota y se jartaba de reir y, mientras los adultos le reñían, yo hacía esfuerzos sobrehumanos para no morir de la risa.

Bueno totá, que eso trajo a mi mente los días de concurso de carnaval del año 99, estando yo en tercero de primaria.
En mi clase no éramos muchos los carnavaleros de preliminares, así que los poquitos que éramos cantábamos las cosas que habíamos escuchao la noche anterior.
Un día, en el recreo, Juanma dijo no se cuál palabrota de no recuerdo qué agrupación, pero el caso es que me dejó ultra impactao.
Ante mi asombro me dijo que él tenía una regla con su madre y es que podía decir palabrotas siempre y cuando estuvieran dentro de una pieza carnavalesca.

A mi esa norma me pareció bestial, qué ideaza! Palabrotas no porque hay que ser educaos, pero en carnaval si porque son graciosas.

Cuando se lo comenté a mi madre me dijo que eso solo lo hacía Juanma y que el resto de niños me iban a mirar mal porque los niños de mi edad (salvo Antonio) no decían palabrotas y en el colegio iban a castigarme.
Cómo no había otros que cantaran cuplés con nosotros po le hice caso, como niño bueno que he sido toda mi vida, y dejaba que Juanma dijera las palabrotas.

Con el paso de los años, concretamente 12 años que es donde nos encontramos ahora, me he enterao que esa norma la tenía to dios... y yo envidiando sólo a Juanma!

lunes, 31 de octubre de 2011

Venticinque


Ay, si yo no supiera
Que añitos que cumpliera,
Las velas las apagaba
Porque las soplaba con el abrazao





-





Me has llamado hace un ratito y me ha dado mucha pena no haber estado en la foto de este año cuando soplabas las velas, aplaudirte y cantarte el cumpleaños feliz.
Pero al menos sé que la compañía ha sido la más grata que hayas podido tener.

Te prometo que no me vuelvo a perder ninguno más =)


¡Te quiero mucho!


¡Feliz cumpleaños!



Te suena? pues revisa tu Fotolog de hace 3 años, 7 meses y 21 días.
Que sepas que me fijo en él pa saber si hago bien las cosas.
Puedes sustituir "él" por "ella" y esas cosas y queda igual que lo que quiero decirte.


=)

martes, 7 de junio de 2011

Entre paréntesis una L

Hola gente!
Después de llevar tanto tiempo escuchando sobre las primarias de los partidos políticos, mi imaginación empezó a volar y me acordé de lo chulísima que era la vida de estudiante de primaria. Y aun más, me imaginé lo chulísima que sería mi vida actual con comportamientos de primaria.

Me encantaría estar en la UCA y que Bustos nos avisase de que como siguiéramos columpiándonos en la silla nos íbamos a caer, no le hiciéramos caso y al rato sonase ese ruido típico de silla cayéndose y personita dándose un ostión (y las risas de los que eran/éramos más capullos).

Cuando hubiera descansos entre clases, en vez de ir a cafetería o a la biblioteca, todo el mundo se iría al patio a jugar al fútbol (con 7 balones de diferentes cursos) y los cristales si que demostrarían si son resistentes, que a una paloma lo frena cualquiera. La gente de las guitarritas no estarían, porque quien no juega al fútbol en un recreo de primaria es un raro. Por su parte las niñas se sentarían en los bancos donde fuera menos probable recibir un balonazo a hacer lo que las niñas de primaria hicieran que, la verdad, nunca he sabido que hacían...

Pero sin duda, dentro de primaria, el mejor curso es el de sexto. En ese curso, cuando llega esa maravillosa etapa que es la pubertad -ya tengo dos años- y la gente empieza a enamorarse.
Me encantaría ver al grupito de las niñas y al de los niños y que se acercase una niña al grupo de los niños y le dijese a uno la maravillosa frase de "a mi amiga le gustas".
En ese momento todos los niños empiezan a dar consejos. Ninguno ha tenido novia pero todos tienen algo que aportar.
Después de consultar al consejo, si la respuesta es afirmativa la niña regresará y todas empezarán a dar grititos y saltar. Luego ambos grupos esperarán a que se den un beso, con la presión que eso supone (pero hay que hacerse los mayores).
En caso de que la respuesta fuese negativa las niñas, todas, se pondrían en contra del muchacho en cuestión pero los niños les protegerían y se generaría la enésima guerra niños vs. niñas.
Esto sería en la clase, justo después de un recreo... creo que ya se de que hablaban las niñas en los recreos, jejejejeje.

Lo malo es que haya dos niñas detrás del mismo, que se pelearían y las guerras entre bandos de niñas siempre han sido hasta peores que las anteriores... pero bueno, para esto no hace falta retrotraerse (qué vocablo por Dior!) a primaria.

También, fuera aparte del tema amoroso, tendríamos el de las notitas en clase. Eso de pasar una notita al de la fila de alante del todo, que en mitad del trayecto el profesor la parase y la leyese en voz alta es un riesgo que todos hemos corrido. Me imagino a Serrato diciendo "a ver, aquí dice que Susana cree que Ale está mosqueao con ella y Nieves le ha dicho que no. ¿vosotros que pensais?" y todo el mundo riéndose salvo Ale, Nieves y Susana.

Si esto es divertido con 11 o 12 años, imagínate tú, querido/a lector/a, la bomba que sería en la universidad.

PD: Ah! y nos reiríamos con escuchar la palabra pene y similares.

domingo, 20 de marzo de 2011

Que vuelva (Episodio II)

Hola! Soy Troy McLure! Quizás me recuerden de otros blogspots como "mamá, que hace el pez flotando boca abajo" o "La ardilla que se parecía a Kennedy". No tengo ganas de escribir y va a ser Kike el que siga. Adelante Kike!

Hola gentuza. Soy yo de nuevo. El Carnaval ha sido una locura y me ha dejao tocao, tanto que casi olvido que tengo un blog (teniendo dos realmente).

Bueno, a lo que iba, que hace tiempo ya escribí un post sobre cosas que quería de los 90. He aquí el segundo episodio de la saga "Que vuelva". (este es el primero).
Yo venía a referirme a un objeto que, aunque pueda parecer que no, es útil hasta límites insospechados: Los tenis antiguos.

En primer lugar tenemos los que tenían cámara de aire. La cámara de aire era simplemente un hueco en la suela del zapato que no servía para nada, pero estaban de moda y eran baratos, con lo que ahora, en esta época de crisis, nos olvidaríamos de los Nikes, Adidas y DCs que son tan caros y seríamos más felices y menos pobres.

En segundo lugar se me viene a la mente los que tenían una luz en el talón. Esto puede parecer una horterada, pero tiene unas aplicaciones que ya las quisera la Blackberry.
Con lo que ha subido la luz las facturas casi no pueden pagarse. Con estos tenis no sería necesario encender la luz del pasillo porque, no se que bombillas llevarían, pero eso alumbraba al pasillo entero.
Además, se podría andar por la carretera y desde lejos los coches verían las luces de freno. Todo ventajas.

Por último, sigo sin cejar en mi empeño de restituir los mejores tenis que el mundo del calzado ha dado. Los S'KATER. No he visto unos tenis más resistentes y polivalentes que esos.
Y en verdad os digo, que el reino de los S'KATER está cerca. Y al igual que se han puesto de moda los Adidas clásicos, le llegará el turno a S'KATER.

Avisadxs quedais! (Y bienaventurados los narizotas, por supuesto!)

jueves, 17 de febrero de 2011

El rey del mambo

Hoy... (un, dos tres) Hoy. Hoy. Hoy. Hoyyyyyyy, vuelvo a escribir. ¿que tal?
Yo estoy muy bien, aunque no os interese saberlo, he aprobado los cuatro exámenes que he hecho y ahora me encentro recordando los primeros exámenes, que no se llamaban exámenes, sino controles y, que yo recuerde, solo había de cono, mates, lengua e inglés. Que guay tío...

La cosa es que, recordando esa época de 1º y 2º de primaria, he recordao también cómo éramos en la clase, y, como todo, era mucho más guay que ahora.
En la clase existía la propia jerarquía entre los niños, y digo entre los niños porque en esa época las niñas eran el enemigo (salvo para mí, que desde chico he sido un Don Juán) y no teníamos ni idea de cual era su modus operandi migueles y su estructura interna (a nivel grupal, no en plan huesos, músculos y demás).

Para ser el rey de la clase, había varios elementos a tener en cuenta.
El primero, los plastidecor eran algo que todos tenían pero... todos tenían los mismos? ahí es donde se encuentra el meollo del asunto. Para ser superior al resto eran necesarios tres colores. El primero era el blanco, que no servía para nada, pero molaba tenerlo, y la gente sabía quienes eran los pocos que lo tenían.
El segundo color era el "colooro", así, todo junto, que servía para colorear tanto el tejado de una casa como el sol, pero a la hora de colorear monedas se usaba el amarillo, porque el colooro no era igual.
Por último, el color estrella, y este era raro que lo tuviese más de una persona en la clase, era el color caca. La verdad, no recuerdo el color de mis heces con 6, 7 u 8 años, pero de ese color no eran seguro. Nadie tiene nada en su casa de ese color, pero todos saben a cual me refiero.

Otro aspecto era el del calzado. Todo el mundo tenía unos tenis Taicor, que eran los Kipsta de la época, así en plan blanco con algunas cositas azules. Pero, al igual que con los colores, encontramos diferencias entre estos.
En primer lugar estaban los que tenían cámara de aire o luces rojas en el talón. Y ya si se mezclaban los dos elementos en el mismo zapato eso era para admirar a su portador durante varias semanas.
Pero había algo que superaba a los Taicor con cámara de aire y luz: unos Skater.
Los Skater eran tenis de furbito, pero molaban mucho más que cualquier otro tenis porque podían ser de colores (yo tuve unos amarillos, guapísimos).

Pero, fuera como fuese, el que llevaba un balón al recreo no era rey, era un héroe, un semi-dios.

PD: No busqueis en Google imágenes "rey del rambo", por favor

miércoles, 29 de diciembre de 2010

(e)moción de censura

Agur!
Ahora que está, gracias a Silvio Berlusconi, tan de moda esto de las mociones de censura contra los jefes de gobierno y que, según no se qué encuesta de telecinco, el hecho más importante de la década ha sido el "por qué no te callas" de un gobernante a otro, me dispongo a presentar aquí ante todos vosotros, mi querido público, mis propuestas de moción de censura.

Esta es un tanto especial, ya que es una moción de censura con carácter retroactivo y que es más de una.

En primer lugar, presento una moción de censura contra el Rey Arturo I de Inglaterra.
Si, se que fue un buen rey, que su mesa era redonda para que nadie pudiese presidirla y que su buho hablaba, pero subió al poder de manera ilícita.
En un primer momento tras largos años de guerra en Inglaterra, se dijo que "quien sacara la espada de la roca, sería rey" (por favor, leer tal y como se dice en la película "Merlín el encantador" y tendreis un efecto magnífico).
Como todos sabemos, nadie tenía fuerza para sacarla y la espada acabó en la roca, protegida por una valla de 40 centímetros de altura y con un montón de matojos. Por ello se decidió que el rey sería quien venciese en la justa que se celebraría ese año (según noticias importantes, muy importantes de Pellinore desde Londres).

Esto, que lo había decidido el pueblo, fue quebrantado cuando Grillo (Futuro Arturo I) fuera a buscarle la espada a Kay (gran nombre para un rey) y sacase la espada de la piedra. Nadie dijo que la justa podía ser declarada nula si se sacaba la espada. Suficiente se había esperado ya.
Así que solicito que a todos los reyes y reinas de Inglaterra, pasados y presentes, se les retire el título de monarcas y que se realice la justa que decidirá quién debe ser rey de Inglaterra.

El otro proceso que quiero llevar a cabo es contra el rey de la sabana, Simba. Hijo de un rey déspota, que sometía a todo el reino animal con la excusa de la cadena alimenticia y mantenía en el exilio a las hienas.
Cuando su padre fue derrocado por la revolución hieno-leonesa huyó de la sabana para organizar un ejército.
Mientras, Scar había logrado mantener un gobierno popular que eliminó a las clases sociales de la sabana. Las hienas y los leones estaban en igualdad de condiciones y nadie se comía a las cebras, antílopes y demás (que no hubiera es otra historia).
Al león terrateniente no le gustaba esta situación y, aliado con el resto de su clase, apoyado por el saceerdote mono y por dos potencias extranjeras, volvió de nuevo para derrocar a Scar haciendo que las hienas se pusieran en su contra. ¿Para qué? para volver a exiliarlas.
Basta ya de opresión en la sabana. Elecciones democráticas ya! Viva el partido independiente de los antílopes no comestibles!

Feliz año a todxs!

PD: ¿No se parecen mucho Julio Pardo y Sir Hector?

jueves, 23 de diciembre de 2010

Feliz monotonía!

Felices fiestas/vacaciones/navidades/solsticio de invierno/festividad del sol a todos!

Desde que llegaron las 11:00 del día de ayer estoy oficialmente de vacaciones. Y se bastante bien lo que pasará. ¿Cómo? muy sencillo, pasa todos los años.

El primer día es el de no hacer nada. Levantarse sin el sonido del despertador, meterse en internet y mirar el tuenti, jugar al Fifa, salir un rato, etc. Nada más allá de lo normal.

El 24 cuando den las 19:30 más o menos mi madre ya estará cansada de decirme que me duche, que recoja, que me arregle... y yo estaré cansado de decirle que me dará tiempo antes de que llegue la gente. Ella tendrá razón, como cada día año.
La tele va a estar puesta, con el especial de nochebuena de los Simpson, Cuéntame, o alguno de esos, pero no lo estaremos viendo. Comentaremos otras cosas como lo bueno que está el vino, la última tontería de mi tío, lo que hacen sus alumnos y acabaremos hablando de cuando éramos chicos para, posteriormente, salir por ahí y volver a casa tarde de celebrar que al día siguiente iremos a la comida del 25 sin cara ninguna.

El 25 todo el mundo saludará a mi primo Pepe moviendo las manos como hacen todos los italianos, y se reirá por compromiso, porque los italianos no hablan todo el día haciendo eso (lo de las manitas con los dedos juntos y parriba y pabajo las manos).
El último que llegue de los primos se le(s) dirá que ya hemos comido (aunque sean las 13:00). Se remarcará que de 14 que somos solo nos gusten a 4 las gambas, vendrán los mayores a decirnos que estamos mejor servidos nosotros que ellos (siendo la solución tan fácil como que nos dejen de traer comida), nos quejaremos del pavo y terminaremos hablando de cuando Carlos rompió cualquier cosa o cuando Alberto dijo cualquier cosa (este tema da siempre para mucho).

Llegará el 31 y, de nuevo, tardaré en ducharme, pero llegaremos a casa de mis tíos donde todo el mundo encuentra un sitio hasta que llega alguien nuevo y hay que jugar al tetris para que quepamos todos. Es lo que tiene meter en un salón a unas 32 personas y una mesa grande. Antes de la hora de las brujas nos iremos a la cocina a ver que hay para tomarse con las campanadas. Porque no vamos a comer uvas, hombre por favor. Cogeremos turrón, o algo de eso, y nos daremos cuenta a las 23:57 que son demasiado grandes y que corremos peligro de ahogarnos.
A menos cuarto mi abuela empezará a comerse las uvas, con tranquilidad, y acabará justo en la última campanada. Siempre lo hace.
Con las bocas llenas y recién entrados en un nuevo año empezaremos a repartir besos llenos de babas, se felicitará a los Manolos y alguién, bueno, mi tío (no pongo nombre porque hay varias opciones) soltará eso de "llevo con los mismos calzoncillos desde el año pasao!".
Brindaremos con Champán, a Pablo le dejarán mojarse los labios y probar un poquito, le diremos que tiene pinta de borracho, hará el borracho y todos nos reiremos.
En cuanto Juan se cambie y diga que se va, empezaremos a irnos todos a la calle (dónde quedaron esas partidas de Scatergoris...).

La cosa será el día 5, que quedaremos pa ver la cabalgata y, aunque diremos que solo vamos a verla, acabaré con un caramelazo en la frente y con los bolsillos llenos de caramelos. En cuanto oscurezca mi madre me llamará pa saber donde estoy, que los reyes van a llegar ya a casa.
El 6 por la mañana TEMPRANO levantaré a mi familia (que os sirva esto de aviso), pero mis padres no nos dejarán entrar a nosotros primero, me dirán que me ponga una bata y que me peine, me negaré y entraremos al salón.
Tras abrir los regalos, quejarse mi madre de que los reyes se han pasao y desayunar roscón relleno con lo que sea menos de manteca colorá (básicamente porque no me dejan) llamaremos pa preguntar que han dejao caer los reyes por otras casas y tiraremos pa Jerez. Después de Jerez nos vendremos de nuevo pa casa de mis abuelos, que nos dirán que tenemos una cosita en la mesa.
De nuevo el que llegue último se le dirá que nos hemos comido todo, sea la hora que sea, y nos haremos los sorprendidos con los regalos de los demás, aunque no tengamos ni idea de que es. Por la tarde habrá alguna película de Disney y estaremos todos tiraos en el sofá, los sillones y demás repitiendo los diálogos (si "Cateto a babor" no lo impide).

Por lo general no me gusta hacer cosas que se como van a terminar. Pero llevo 20 inviernos prácticamente iguales y cada año me gustan más!