jueves, 25 de octubre de 2012

El violador (o algo por el estilo)

Esto que os voy a contar me sucedió hace algunos años, creo recordar que fue en el curso 2005-2006, hace ya unos 7 años.
En esa época andaba yo con 15 años, el pelo ya largo y nada de pelo en la cara. Por las tardes iba a clases de inglés de la EOI, que se daban en el Drago. Siempre me han gustado los sitios relativamente alejados de mi casa porque me da tiempo a escuchar varias canciones del mp3.

Un día, volviendo a mi casa (creo que iba dirección a casa de la que entonces era mi novia) la avenida estaba relativamente vacía y una mujer que miró para atrás apretó el paso. En un principio no le eché demasiada cuenta, pero como suelo caminar muy rápido (y dando botes) volví a estar a una distancia similar de la susodicha mujer. Esta volvió a repetir la jugada de mirar para atrás y aligerarse, solo que esta vez se agarró el bolso. Ahí ya me acojoné y volví la vista atrás para ver que pasaba... No había nadie, la tía siesa estaba huyendo de mi! un chaval de 15 años con melena, una carpeta, unas evaney, una camiseta de Mägo de Oz, unos vaqueros y unas botas de campamento (me acordaré siempre de cómo iba ese día).

Podreis pensar que igual la mujer huia de otra cosa que yo no había visto, pero aumenté el ritmo y me acerqué para cerciorarme de mis sospechas (tampoco era muy rápida la mujer). Esta vez ya había observado que no hubiera ningún agente externo y, al volver a mirar para atrás, salió corriendo!
Hablando en serio, el Kike de aquel entonces intenta violarla y sale violao él, y pinta de atracador no tenía, lo que tenía era una pinta de frikazo grande.

A pesar de que no vi nada malo en mi vestimenta ni nada por el estilo, desde ese día empecé a dejar de usar las evaney excepto pa coger la bici... y ya nadie más ha huído de mí, o al menos ningún desconocido.

PD: La imagen es un retrato robot, por si no lo pillábais.

domingo, 7 de octubre de 2012

A su derecha está el padre

Había un tiempo en el que el máximo enemigo se encontraba detrás de un teléfono, pero sin embargo había que convertirse en la persona más valiente del mundo y enfrentarse al terror.
 Para esto tendremos que remontarnos a los últimos años de primaria, 5º y 6º aproximadamente, esos años en los que las niñas dejaban de ser bichos raros y empezaban a atraernos.

Estos cambios empezaban en la clase, cuando el azar (y la profesora) te ponía de compañera a alguna de las niñas y todas las miradas del resto de compañeros hacía que los dos nuevos vecinos de mesa estuvieran más rojos que la familia de Carrillo. Obviamente  la situación se normalizaba y daba paso a las charlas, las notitas y las pamplinas. Total, que al final la niña te acababa gustando. Y toda la clase lo sabía.

Con eso de que era tu compañera pues también era normal que fuese la persona en la que más confiabas para consultarle cualquier duda de la clase. A veces con "olvidar" la tarea tenías alguna excusa para llamar y hablar con ella. Pero claro, ahí se escondía el gran peligro de llamar y que lo cogiese su padre. Ahí te pasabas unos diez minutos delante del teléfono, recordando el número, rezando a todos los dioses que tu mente de 11 años conocía para que lo cogiese ella directamente, o si no su hermano, incluso su madre, pero no su padre. Incluso una de las opciones válidas era confundirse de número, porque el padre podía ser el tío más buena gente del mundo, pero era el padre de la niña que uno quería como novia, lo que le convertía en suegro potencial.
Al final decidías llamar y, cuando una voz grave contestaba al otro lado, se te cerraba la garganta y a duras penas conseguías preguntar por ella. Los pocos segundos que transcurrían desde que la llamaba porque estaba en su habitación hasta que llegaba a coger el teléfono se hacían eternos, escuchando la respiración de su padre como si se tratase de un depredador.

Pero ojo, el enemigo también estaba en casa, porque en aquel entonces empezábamos a entender el conflicto de clases, de las clases de padres que les gusta dejar en ridículo a su hijo. 
Así, cuando el ring del teléfono sonaba en tu casa, si no eras rápido para descolgar podía llegar tu padre y responder, entre otras pamplinas, que si estabas, y no te pasaba el teléfono, o que si te podías poner y preguntarle si quería algo más.
Al final conseguías el teléfono con tanto calor en la cara que estabas seguro que le llegaría a través del auricular.

Esto es lo que nos hacía valientes de chicos, enfrentarnos a gente mayor que nosotros y que encima tenía potestad sobre la niña que nos gustaba.

Y si, esta historia tiene nombres y apellidos.

martes, 2 de octubre de 2012

Buenos días Nueva York!

Hoy he vuelto a empezar un nuevo curso, el último de la carrera, y ayer, mientras el resto de mis compis de clase pensaban en la trascendencia de este año, yo pensaba en Grease y en el primer día de curso. 
En estos pensamientos estaba cuando decidí poner como melodía de despertador el tema Grease is the World con el objetivo de despertarme motivadísimo.

Hoy me he levantao de un bote del susto que me he llevao por culpa de que la susodicha canción empieza muy fuerte y de sopetón. Mientras me recolocaba el corazón en su sitio pensaba en esas películas en las que la gente se despierta más serena que Williams y con una cara increible sin ojeras ni legañas.

Uno de los personajes que se me vino a la mente fue Rocky Balboa, que se despertaba a las 5:00 a.m. pa salir a correr y se levantaba como si nada. Ojo! que en la misma frase aparecen los terminos 5:00 a.m. y salir a correr. Y se iba el tío!

Pero si nos paramos a pensar en los despertares peliculeros observamos un fenómeno que se sucede en todos y que no se lo cree nadie. Me refiero a que, al encenderse el despertador, sea la hora que sea, ahí está el presentador de turno diciendo "Buenos días Nueva York, son las 7 de la mañana. Hoy tenemos una temperatura agradable, ideal para un paseo por Central Park" (o similar).
Y con esto yo me pregunto si no hay un neoyorquino en toda la Gran Manzana que tenga un poquito adelantado o atrasado el reloj. Es increible que todos amanezcan de este modo, ninguno pilla un "-asamos a la información deportiva, Mike?" o la mitad de una canción.

Como yo soy un peliculero y me gustan todo este tipo de subnormalidades, he estado pensando que me gustaría un audio para el móvil que diga esa frase de "Buenos días Nueva York, son las 7 de la mañana. Nos despertamos con la mente puesta en el Madison Square Garden y el partido de los Knicks de esta tarde" (o similar).

En estos pensamientos estaba cuando me di cuenta de que se me iba la hora y casi pierdo el bus el primer día, pero pude cogerlo después de una carrera matutina (como Rocky, más o menos).

Por cierto, llevo todo el día buscando un audio del estilo que he nombrado sin éxito. Agradecería si alguien es capaz de conseguírmelo.