miércoles, 26 de noviembre de 2014

La venganza de Da Vinci

Como la mayoría de la gente sabe, Donatello, Michelangelo y el resto de artistas que dieron nombre a las Tortugas Ninja fueron unos genios. Pero, si hay alguno entre ellos que destaca por encima de los demás es sin duda alguna Leonardo.

La figura de Da Vinci volvió hace unos años a escena con el boom del libro de Dan Brown cuyo argumento discurría a partir de unos teóricos mensajes sectarios que el artista toscano reflejó en sus cuadros. Bien, pues esto es un mojón comparado con las conclusiones a las que he llegado tras analizar su obra.

Si algo une a todos los genios es que tienen un punto extra de creatividad que el resto de sus contemporáneos y, además, que también tienen un punto de excentricidad por encima de la media. En este caso es de sobra conocido que Leonardo Da Vinci recibía encargos, hacía lo que le salía del mismísimo caparazón, no entregaba los encargos pensando que no sabrían valorar su arte y se tenía que largar. Así una y otra vez.
Teniendo esto en cuenta y que la mayoría de los genios disfrutan demostrando la inferioridad intelectual del resto, he llegado a la conclusión de que Da Vinci ideó un plan para matar a las personas más imbéciles de la tierra pero que se creen genios. Lo mejor de esto es que su plan se seguiría ejecutando incluso después de que él hubiera muerto porque, para demostrar la imbecilidad y la incomprensión de sus creaciones, algunos prototipos que creó serían claramente erróneos.

A esta conclusión he llegado al ver que, en en 1912, Franz Reichelt, un sastre austríaco, inventó un abrigo-paracaídas a través de los diseños de Leonardo y, no contento con eso, lo probó por primera vez de manera pública tirándose desde la Torre Eiffel mientras era grabado, como se puede ver en este video.



Si lo habeis visto ya imagino que os surgirán las mismas dudas que a mi:
1. ¿De verdad no se da cuenta de que ese abrigo pesa tela y no va a funcionar?
2. ¿Conoce el efecto de la fuerza de gravedad?
3. La gente que ve cómo se da la ostia, ¿realmente se sorprenden?

Esto demuestra que el muy imbécil también tenía seguidores muy imbéciles y que Leonardo descansará en su tumba tranquilo ya que su maquiavélico plan llegó a surtir efecto.

lunes, 17 de noviembre de 2014

¡Antonio!

Antonio se ha hecho famosísimo en pocos días. Ya sea por el anuncio original o por las parodias que se han hecho desde el día del estreno, todo el mundo conoce a Antonio. Bueno, sobre todo por las parodias porque tengo que reconocer que yo no me acordaría del nombre de Antonio de haberlo visto solo una vez.

Lo que me ha sorprendido es la cantidad de gente que se ha encargado de perder su tiempo en hacernos felices a los demás con pamplinas como las que decoran esta entrada. Y me ha sorprendido porque pensaba que yo era la única persona en haber pensado un anuncio alternativo. De hecho, ahora que lo pienso, no es raro. El final del anuncio se veía venir desde antes de que lo echaran, por eso no entiendo la gente que ha llorado (recalco lo de que hay gente que ha llorado, moñas) al ver el desenlace.

La cosa es que cuando el nota va caminando solo por la calle rollo Rick Grimes en The Walking Dead, pero en Ponferrada en vez de en Atlanta, me imaginé que, con el cabreo, habría cogido una escopeta del paragüero y la llevaría escondida entre la chaqueta y el pantalón. Se pararía en la puerta del bar para recapacitar pero, en ese momento, vería a la gente haciendo una conga y cantando la obviedad de "nos ha tocado el gordo". Obviamente esto no le sienta bien y, tras entrar dando un portazo, se lía a tiros con todos los del bar. Pum, pum! uno menos. Y Antonio diciéndole "que no hombre, por dios, que tenía uno parPUM!".

Cuando ya no queda nadie aparentemente vivo (siempre está el extra que respira estando muerto y en el que todos nos fijamos) ve el sobre con su nombre y lo abre, viendo que Antonio le había guardado un número premiado. Y ahí es cuando dice "dio su p*ta madre... ¡Antonio!"

El anuncio acabaría con la policía, un montón de forenses y demás y una voz en off diciendo "el 22, cuidado con lo que haces, que puede darse el milagro". Y luego saldría el aviso azul de los anuncios de las medicinas diciendo que, si eres el que este año no ha comprado, que no lo digas por la tele, que eso es de imbéciles.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Hay que sacarse el B1 de internet

Hay gente que se encuentra en situaciones para las que no está preparada. No es algo malo, de hecho es bastante común. Es como esa persona que va a ver Batman sin conocer demasiado de la historia y que, al ver que te sale una sonrisa de emoción cuando aparece Harvey Dent en pantalla, no entiende la situación porque lo único que sabe es que hay un malo que se llama Dos Caras, pero nada más. Como este hay más ejemplos: gente que no ha jugado al baloncesto en su vida y pisa fuera del campo para que la pelota no salga, gente que no tiene mucha idea de política y piensan que el Che Guevara jugó en el Cádiz (verídico), etc.

Pero hay un grupo de personas que me llaman muchísimo la atención y que me parecen dignos de estudio: la gente que no sabe usar internet. Y no me refiero a la gente que no sabe buscar drivers, desconoce las cookies o incluso pincha en los banners parpadeantes de "visitante 99.999!!!". No, me refiero a la gente que no pilla del todo la función que la gente desempeña en internet o el uso que hacen de este, que principalmente se resume en la palabra "pamplinas".

Somos muchos los que, de tanto usarlo, ya nos hemos pasado internet y sabemos los trucos, pero hay gente que no y que, precisamente por ello, se ve metida en unos líos que no logran comprender. Es posible que haya gente que ha empezado en internet hace relativamente poco y que, por lo tanto, no entienda que una noticia de El Mundo Today que afirma que WhatsApp añadirá un tercer tick azul para asegurar que el receptor ha entendido el mensaje es broma y pregunte si tiene que actualizar la aplicación para que le salga. O que reenvíe precisamente por WhatsApp una cadena para que un icono azul se le ponga verde y no le cobren 37 centavos por cada mensaje que envíe (la de idioteces que nos ahorraríamos así).

Pero es que hay gente que lleva mucho tiempo usando internet, facebook, twitter, instagram*, y demás aplicaciones virtuales que aún se siguen creyendo cientos de noticias que son falsas claramente: que el Vaticano va a beatificar a Ana Mato por el milagro del ébola o que un obispo dice que el sexo oral no es pecado si se hace pensando en Jesús. Si, hay gente que no sabe diferenciar una noticia seria de una que, claramente, es coña. Lo peor es cuando esta gente son periodistas y lo publican en medios "serios". Y así la gente va por ahí compartiendo que hay un túnel que une Groenlandia con Siria, que los extraterrestres han saboteado a la NASA o que han operado a un vasco con anestesia.

Para evitar estas equivocaciones y meteduras de pata presento aquí una serie de puntos que pueden servir como guía en momentos de duda:
1. Si parece de cachondeo lo más probable es que sea de chachondeo.
2. Si parece de cachondeo pero viene de una fuente fiable, buscar en google.
3. Si aun así persiste la duda publicarlo en las redes acompañado de un "jajajaja, vaya tela".

De nada, ha sido un placer.

*Leyendo esto a lo Abraham Mateo es mucho más divertido, porque yo también os quiero tanto que... BUAH!

martes, 4 de noviembre de 2014

Cine de Barro (X)

An Alarmclock Orange (V.O. A Clockwork Orange)

En un futuro próximo la sociedad se encuentra vacía de valores y las bandas siembran el caos por las calles. En Cádiz, Alex y sus drugos se dedicarán día tras día a atormentar a la población despertándola al grito repetitivo y fuerte de "3 kilos de naranjas a un euro! uneurouneurouneurouneuro!!! dulce, dulce como el caramelo" y a huir de la policía que les busca por ello.

Año: desde 2013
Idioma: Calé
Duración: entre 10 y 20 minutos
Banda Sonora: Campanera (los gitanos con la cabra)