jueves, 23 de mayo de 2013

Cuando me dieron un Curro

Hace tiempo, antes de que "joder el final de una peli" se llamara "spoiler", antes de que "jajajaja" se dijera "lol", antes de que Facebook sustituyera a Messenger, ocurrió (sufrí) una historia de joderle el messenger de otro (lo que ahora se llama "trollear").

El tema es que yo pasaba la tarde en casa de Curro, que por otra parte no era nada raro, de hecho casi pasaba en su casa el mismo tiempo que en la mía, y mientras yo jugaba a la Play él se puso en su ordenador (el nota era de esos que tenía un ordenador pa él mismo en el cuarto) a charlar por el messenger. El messenger antiguo, ese que no se le podían poner iconos nuevos y, a lo máximo, empezaban a aparecer algunos que se ponían fotos. Que, por cierto, por muy antigua que fuera la versión de Messenger, ya podía ser la versión -2.0 beta o lo que fuese, que en los libros de inglés siempre aparecía uno más antiguo acorde con la cara de los niños que aparecían.

Bueno, a lo que iba. Como todo el mundo sabe los amigos tienen que hacerse perradas para reafirmar la amistad, así que cuando abandonó la habitación -puede que pa cagar- vi que era mi oportunidad para gastarle una bromita.
Estaba charlando con Irene (que por aquella época, entre los 12 y los 15 años, nos gustaba a todos) y la conversación seguía abierta. Decidí empezar a decirle que tenía que contarle una cosa importante, que no se la quería contar por ahí pero no podía de otra manera por vergüenza, total, que quería salir con ella.
Fue en ese momento que el muchacho volvió al cuarto y gritó "¡No! Bueno vale, díselo". Obviamente el cambio de parecer tan repentino me extrañó, más aun cuando Irene respondió "Que dices Kike?" (Irene era de las pocas que escribía usando todas las letras) y Curro empezó a revolcarse en su cama de la risa.
El mu mamón se había metido en mi cuenta de msn pa joderme y al final terminé haciendo el trabajo yo solito.

Este autogolpe me enseñó a trolear con criterio y fijándome en todos los detalles y, en este último curso de la carrera, entre la gente de mi grupo, nos hemos dedicado a trolearnos los facebook e incluso los twiter sin ninguna piedad y extendiendo nuestra obra lo más rápido posible antes que la persona afectada se diera cuenta, llegando incluso a pensar qué ponerle a cada una de estas para que el golpe fuera más efectivo.
Y si mis amigos no fueran tan cagaos y no hubieran borrao sus ataques (hay que aprender a aceptar las derrotas) ahora mismo os jartaríais de reir viendo el resultao de nuestra guerra, pero os aguantais porque no hay na de na.

PD: A una clase de acabar la carrera, aun no me han troleao ni una vez, a pesar de varios intentos... Supongo que se lo debo a Curro.