domingo, 15 de febrero de 2009

Viernes 13


NOTA: Esto va a ser un buen tochote!

En cuanto me enteré de que tenía un concierto me puse a saltar y a gritar. LLamé a Javi primero y al resto de la humanidad después para que se enteraran.
En el ensayo siguiente decidimos que temas meter y, en ese momento, surgió la idea del Knocking on heaven's door que solo la habremos ensayao unas 3 veces. No es por pegarme el pegote, es pa recordarme no volver a hacerlo porque los finales improvisaos no calman a uno precisamente.
Ese mismo día hicimos el "reportaje fotográfico" pa hacer el cartel y la foto del grupo (por parte mía y de Juan, respectivamente):

Finalizado el cartel creamos un evento en el Tuenti y aso empezó a llenarse de gente que decía que iba a ir (después algunos no fueron, pero vamos).

Ver cada día que el número de asistentes iba en aumento me motivaba y me ponía un poco más nervioso.

El último penúltimo ensayo sonó a peo y, temiendo que el último fuera a ser lo mismo practiqué mientras ensayaba. Y no solo me salieron mu bien los exámenes, sino que el último ensayo fue bien.

Ahora lo que se venía era una semana que empezaba con las portadas de los diarios contando el 6-2 del Cadi. Buena señal (y buen partidazo).
Ha debido de ser la semana más "nosequépalabraponeraquí" de mi vida. Por dios! cada día me encontraba a alguien que me decía que iba a ir al concierto y me deseaba mucha suerte y que no me pusiera nervioso. Señoras y señores, no vuevan a repetirme esto último. Puede que su objetivo sea el más noble del mundo, pero no funciona conmigo.
El miércoles recogí la guitarra de Adri porque se nos apeteció a última hora meter una en un par de canciones. Solo había un problema, ninguno teníamos.
Cargar con una guitarra que no tiene funda desde residencia hasta Puntales es un coñazo.

Y así llegó el Viernes, día 13 (¿quién decía que este día daba mala suerte?). En el preciso momento en que me levanté me entró un pellizco en el estómago. Ufff... hoy tengo que tocar, y durante toda la mañana solo podía pensar en eso. Todo el mundo dándome ánimos, suertes y no-nervios. De nuevo se agradecen pero no sirven.

LLegaba la hora de irse y me puse mis vaqueros rotos, camiseta del Cadi, sudadera de Los Suaves y la chaqueta vaquera. Cargar con dos bajos, dos pies, y una guitarra sin funda no fue fácil. Pero llegué al Woodstock y, me pareció el mejor momento para llamar a Javi.
Charlando con él me calmé un poco y sus ánimos y su "mucha mielda" si que sirvieron esta vez.

Una vez los cuatro nos encontramos con to los trastos en la puerta de la sala entramos pa montar la batería y probar sonido. Todo mu bien, salvo algunos problemas, pero en cuanto salimos y me vi a la gente fuera me puse un grado por encima de 'nervioso'.
El primero que vi fue a mi primo Lolo, luego a Cris, Rocío, Alba... empezaba a llegar gente por todos lados y yo no podía más.

Fuimos, corrigo, fueron a cenar, porque a mi no me entraba nada en el estómago. El nerviosismo daba paso a la impaciencia. Quería entrar ya y empezar a tocar. Notaba como si la adrenalina fuera a hacer que me saltara la tensión.

Como tenía tantas ganas de entrar, entramos, y el panorama fue ver la sala llena y mirarnos los cuatro con cara de "dió!".
La gente empieza a aplaudir y a gritar y yo no se donde meterme. Saludo a mi madre, a mi padre, a mi hermana, a Tania, a la familia allí concentrada, a los del gallinero (que como son muchos no voy a poner todos sus nombres) y me hizo especial ilusión ver a Curro.

Tras los múltiples saludos y pedirnos algo de beber tocaba ir al escenario. mientras iba pallá escuchaba un sonido agudo y tintineante. ¡Estaba temblando tantísimo que los hielos de mi vaso hacían ese ruido!

Subí al escenario con Pablo y al darme la vuelta vi la sala llena. No se si lo que me entró en ese momento por el cuerpo era una sensación mala o buena, pero espectacular y, muy probablemente, irrepetible estoy seguro.
Cubata pa dentro de un trago, sudadera a la cintura y a tocar, que es a lo que hemos venido.

Al ver que la primera me había salío me tranquilicé muchísimo. Ya lo dice la canción "Después de una canción, todo marcha otra vez".
Qué razón tiene.

Mientras tocaba me iba relajando y mirando a la gente que había venido a escucharnos.
Ya me relajé del to cuando Ale se pegó ese solo de batería con un sujetador XXL rojo pasión colocado sobre su cabeza.

Estaba suelto, y no solo yo, sino que mi bajo también se soltó y lteralmente además, pero reaccioné a tiempo y pude seguir con Knocking on heaven's door sin que mi instrumento se diera contra el suelo.

Si eso había ido bien, el homenaje a los Ramones debía estar a la altura. Así que, como le había prometido a Cristina, me flipé como yo se hacerlo para que Dee Dee se sintiera orgulloso de mi.

LLegaba la hora de la última canción y nos dimos cuenta de que no nos habíamos presentado, así que tenía que ser ahí.
La verdad es que no recuerdo bien las palabras que me dedicó Pablo pero escuche "Kike, bajo, debut, aplauso" así que me adelanté y pude escuchar como la gente me aplaudía. ¡Me estaban aplaudiendo a mi por estar dando un concierto!
Era el dueño del mundo en ese momento y todo gracias a la música. A la música y al resto del grupo, que me dieron mi momento de gloria.



Tres estribillos depués había acabado el concierto. Uno de los mejores momentos de mi vida en el que solo noté la falta de tres personas pero una está en Granada, otra en Sevilla y la otra en Salerno (Italia).
Ya irán a otro, que prometo que los habrá.

Aquí acaba el tochote. si has llegado hasta aquí, gracias y/o enhorabuena. Enseguida me leo yo algo así!

Los 7 Errores, de izq. a Dcha: Juan, Pablo, Kike y Ale.

1 comentario:

  1. Pues tú te perdiste a papá agitando la melena... bueno, agitando a secas.

    O los gritos de mamá a lo María de la Yerbabuena.

    O mis "¡Cai!"

    No sé si te lo hemos dicho, pero los tres estamos muy orgullosos de tí :)

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