martes, 6 de octubre de 2009

Tranquilos, yo vigilo el pueblo

"Tranquilos, yo vigilo el pueblo".

Esa frase podría ser perfecta para el comienzo de un Western. Ya me imagino la imagen:
Esos bandidos que aparecen en la foto avanzando por el poblado, las damas que cierran las ventanas de madera de las casas, los borrachos vuelven al saloon y las señoritas al burdel.
En esto, con to el mundo acojonao, aparecen unas botas con sus peasso de espuelas y sale un nota en plan Clint Eastwood (clin isbud) diciendo esa frase, mirando fijamente a los ojos de los seis bandidos (si si, de los 6 a la vez) y en un abrir y cerrar de ojos ya ha despachao a todos y se ha quedao con sus caballos.
Fin de la historia.
Po que película más corta.

Ahora a lo que iba, si esa frase te la suelta Clint Eastwood pues impone respeto, si la suelta quien me la dijo a mi, impone cachondeo general.

Empecemos por el principio.
Navaleno, provincia de Soria, Julio de 2009. Llegamos unas 20 personas pa dormir en la plaza de la iglesia del pueblo.

Mientras nos organizábamos se acerca una persona y nos dice esto.
La jechurita que tenía era pa enmarcarla:
Calcetines por ncima de los vaqueros, camiseta (hortera, por cierto) por dentro del pantalón, una gorra pequeña y descoloría que parecía que unos pelos a lo Jimmi Hendrix iban a comérsela y un bigote que solo existía por los bordes del mismo.

Se llamaba Joni.

Según nos contó, él era, como ya he dicho, el que vigilaba el pueblo, luego nos dijo que era albañil y, posteriormente, que barría las calles.

Teniendo en cuenta las dimensiones del pueblo supusimos que el paro era inmenso y que él se llevaba to el trabajo.

Nuestra sorpresa fue que, de noche, lo vimos con una linterna paseando todo el tiempo, al despertarnos lo vimos barriendo la calle y por la tarde lo vimos cargando sacos de escombros y, al mismo tiempo, vigilando a los niños.

Efectivamente, el nota era el auténtico Sheriff del pueblo.

le bautizamos como Machu Picchu por el gran parecido con el personaje de Aída y, aunque hablaba español, la mitad de las cosas no las entendía...

Lo cierto es que una de las pocas frases que entendí viene perfecta para el caso:
"Ahorita no entendí ni saco ni papa de lo que dijo".

Qué grande el Machu Picchu.

1 comentario:

  1. Se te olvidó comentar que gracias a él cargamos con una señora estantería para ganarnos un sitio para dormir...

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