miércoles, 29 de julio de 2015

Tatuaje práctico

Hacía ya un tiempo que no me pasaba por aquí, pero es que he estado muy liado haciendo nada y poco y entre una cosa y otra no he tenido tiempo para nada (pero tengo en mente hablar de la Semana Santa y de las necesidades de Cádiz, que ideas hay).

Bueno, una vez dadas las explicaciones voy al tema del que os quería hablar que, si sois personas avispadas, habréis caído en la cuenta de qué va. (Los tatuajes, pa la peña más lentita).

Resulta que, últimamente, llevo hablando bastante sobre tatuajes porque, a mi alrededor, hay bastante gente con su piel tintada: amigos, familiares, hermanos, nos encontramos hoy aquí reunidos para unir en santo matrimonio...
La verdad es que es un ritual bastante bonito que nos recuerda lo primitivo de nuestra especie. Los tatuajes se hacían ya en el antiguo Egipto y en las tribus africanas para marcar el carácter del guerrero, para adornarse el cuerpo o porque querían demostrar sus sentimientos con un "amor de madre sabubu". 
La cuestión es que, a pesar de que los tatuajes los han tenido personajes de lo más variopinto a lo largo de la historia, hay gente que sigue sin verle el valor y lo asocia a gente chunga y drogodependiente. En este debate surgen las siguientes frases:
1. Es que un tatuaje tiene que ser algo muy simbólico para tí. Así, obligatoriamente, no se puede tatuar un pez simplemente porque está guay. Tiene que ser simbólico.
2. Y cuando seas viejo ¿qué? pues lo mismo que tú con esa cara, que la vas a seguir teniendo de viejo y no va a haber láser que lo cambie.

Teniendo presentes estas dos preocupaciones sociales he llegado a la conclusión de que es necesario un tatuaje útil para que los comentarios anteriores queden invalidados: el tatuaje sector en la espalda. Este tatuaje es, únicamente, una cuadrícula como la de los barquitos de hundir la flota, con números del uno al ocho y con letras de la A a la H. Esto es para que, cuando pique la espalda, podamos decirle a cualquier persona que nos rasque en C6 y evitamos el "abajo del homóplato, no tan abajo, un poquito a la izquierdNO TANTO!" yendo directamente al grano. 
Es simbólico porque simboliza la ayuda de los demás y cuando seas viejo la espalda va a seguir picando. 
Es una pedazo de idea.

PD: Los mosquitos de vuelo rasante y los que atacan por la espalda son los peores.

lunes, 11 de mayo de 2015

Se busca cantante inglés

El domingo pasado estuve en un concierto (conciertazo, The Brew, gracias de nuevo a Kry por insistirme en ir) y me di cuenta de ciertas cosas que ocurren en los conciertos que dan por aquí los grupos que cantan en inglés.

En primer lugar se terminan flipando con los tarareos que tiene que responder la peña. El típico "naaa nanananá, nanananá nananá nananá, nanananá!" en sol está mu bien, es sencillito tanto de letra como de tono y la gente puede seguirlo creyéndose importante. El problema viene cuando hay que repetir un estribillo ya que un "I've reached the sky" se puede convertir en "I risk the Cai"y demostramos el nulo nivel que poseemos (-ejem- poseen) de la lengua de Keith Moon. Además, en Inglaterra el público debe estar mejor afinado que aquí por lo menos -no se qué ocurrirá en otros lugares- porque de pronto la letra se convierte en el menor de los problemas debido a que parte del público decide cantar en falsete y la otra mitad seguir sin llegar bien al tono y aderezarlo con gallos.

Debido a lo del bajo nivel idiomático, tampoco se entienden las bromas de "oh, damn it! we don't speak Spanish but dame un servesa si conosco desirlo" y la situación queda en que el cantante (o el padre del batería en este caso) espera las risas del público y el público piensa "¿Qué habrá dicho al principio?".
Nadie se ríe por si acaso, pasa un silencio bastante incómodo e inusualmente largo en un concierto y se escucha al batería pedir por favor la siguiente canción.

Pero en los conciertos de rock se cumplen ciertos pasos al igual que en una liturgia. Por eso, cada vez que el frontman grita lo que sea con tono de pregunta todo el mundo grita "weeeeee" levantando las manos con la bebida o con los cuernos. Lo malo en este momento es que lo mismo la pregunta puede ser si está todo el mundo bien o si el público va a acompañar el ritmo con las palmas, teniendo en cuenta que si es el último caso el grupo se va a llevar un chasco tremendo.

Por eso he decidido montar un grupo con un cantante inglés que pida estribillos muy agudos, para que el público sea consciente de que no pueden hacer todo lo que pretendan en la vida, como ser cantante de un grupo en inglés, por ejemplo; también quiero que diga cosas serias sobre economía, política, sanidad, etc. pero que al final suelte una risotada enorme para que la peña se ría y, sin que lo sepan, estarán quedando fatal; por último busco un cantante inglés para que diga verdades como puños que nadie se atreve a admitir en público como "You spy your neighbour's facebook, didn't you?" y que todo el mundo conteste afirmativamente con un grito, así al menos restablezco un poco la paz en el universo.

sábado, 25 de abril de 2015

La peñita exageradísima

De gente exagerada he escuchado sobre dos pueblos en concreto: el pueblo vasco y el andaluz. Del andaluz no lo se, no puedo estar seguro porque supongo que es algo que, al vivirlo día a día, lo tomo como cotidiano y pasa de largo por mi mente, y de la gente del País Vasco pues tampoco se qué decir. Es cierto que una vez en un desplazamiento del Athletic de Bilbao de unas 5.000 personas entrevistaron a uno que aseguraba que eso era muy poca gente, que seguramente habría unas 100.000, y también conozco a una vasca, pero es más bruta que exagerada, así que tampoco puedo dar fe de esta afirmación.

Lo que está claro es que la gente exagerada es la que se encarga de ponerle nombre a muchas cosas. El saltamontes es una de ellas. Es verdad que estos bichos se mueven bastante bien en vertical y que, en relación a su cuerpo es una barbaridad lo que saltan, pero los montes son mucho más altos que eso, vamos a ver. Más saltan las pulgas, que si tuvieran el tamaño de un ser humano saltarían por encima de la torre Eiffel (dato real), y nadie les ha llamado saltatorres o saltaeiffeles, sino pulgas.

Pero el aparato con el nombre más exagerado del mundo es el matasuegras. Ese aparatito que hace ruido al soplar y desenrollarse; hecho de papel, plástico y, con el uso, saliva; que tiene nombre de pueblo de Murcia; y que, al final, acaba rompiéndose, lo bautizaron como un arma mortífera contra las madres de las parejas de cada cual.
"Matasuegras, el regreso" y vemos a Vin Diesel rollo terminator en un trailer cargándose a las madres de sus amantes.
Es posible que, en algún momento de la historia de la humanidad, quien inventó el matasuegras mató a su suegra del susto, pero ponerlo en plural me parece ya demasiado. Además es un riesgo por parte de la empresa, porque a través del nombre se asegura un éxito que dudo mucho que se alcance gracias al aparatito, lo que puede acarrear denuncias por publicidad engañosa.
Además, incluso teniendo en cuenta que en México se llama espantasuegras, tampoco me parece acertado, porque cuando yo me imagino una suegra en una fiesta (de cumpleaños, guateque, fin de año puretil, etc.) me la imagino con un gorro, espumillón en el cuello y un matasuegras/espantasuegras.

Ni mata ni espanta, atrae y da vida.

miércoles, 15 de abril de 2015

Yo soy tu padre y en esta nave se cumplen mis normas

Cuando conoces a una persona durante mucho tiempo aprendes que esa persona no es perfecta en absoluto, que tiene sus fallos y que comete errores (muy grandes en ocasiones) porque es lo natural, pero aun así la quieres y le permites esas cosas. Lo mismo me pasa a mi con la Guerra de las Galaxias.

Hace tiempo empecé a observar ciertos elementos que me llabaman la atención de la saga y que, no es que se cargaran las películas, pero las hacían un poco más inverosímiles y rompían la lógica, al menos toda la que una película de ciencia ficción puede tener.

En primer lugar EH QUIETO! Igual hay spoilers. Vale, lo que iba diciendo, en primer lugar choca que, al final del episodio IV (tras haber huido con los androides que buscaban, rescatar a Leia de la misma estrella de la muerte, organizar un ataque y destruir el arma más poderosa de la galaxia) haya una ceremonia y los premiados sean únicamente Luke Skywalker y Han Solo. ¿Qué pasa con Chewbacca? que el tío también estuvo ahí y se ofreció a ser el cebo para llegar al sistema de celdas de la Estrella de la Muerte. Igual estamos asistiendo a la cara oscura de la rebelión y resulta que "los buenos" eran una pandilla de especiófobos de cuidao.

Otra cosa es el sistema de defensa de la propia Estrella de la Muerte. ¿De verdad una estación espacial con capacidad para destruir un planeta como Alderaan no tiene un escudo? ¿El Imperio Galáctico no podía destinar un poco de I+D+I para tapar un hueco por el que cabe un proyectil y que da directamente al núcleo de la Estrella? Ni una chapita metálica de dos metros sobraba, claro. Aunque bueno, se ve que aprendieron y en el retorno del Jedi había que acceder hasta el mismo núcleo.

Pero lo último sin duda es el sistema de protección de testigos de la Alianza Rebelde. Estamos ante una situación en la que, para alejar del peor villano del universo a sus hijos lo que hacemos es separarlos al nacer (mala idea teniendo en cuenta que Anakin no sabía que eran gemelos), llevarnos al niño a su planeta natal, con su familia verdadera y le dejamos que mantenga el mismo apellido que su padre. Y para rematar la jugada, su protector se cambia levemente el nombre: Ben Kenobi. Pues claro. Obi-Wan... ¿en qué estabas pensando, quillo? Se te suponía uno de los más sabios maestros jedi y te pegas este jugadón. Estupendo.

martes, 7 de abril de 2015

Rebeldía

No me gusta la forma en la que la sociedad se mueve. Es fría, mecánica, inmediatista e impaciente. Todo tiene que hacerse de manera rápida, sin divagar: ir, hacer, volver, objetivo cumplido. Nadie se para para disfrutar del camino, no se remolonea divagando ni sopesando las diferentes opciones. Hagamos esto así, porque así se hace, no cuestionemos la razón, solo hagámoslo y acabemos, porque tardar no tiene sentido. Qué asco.

Por eso, llevarle la contraria al mundo y romper con su lógica día a día es un acto de rebeldía que abre ojos y mentes de quienes se plantean cosas y hiere los corazones de quienes tienen el cerebro cerrado y el alma petrificada.

Mi manera de hacerlo, una de ellas al menos, de sentirme poderoso, es ir al super y comprar poco. No porque la costumbre sea comprar mucho, no, de hecho hay personas que no pueden cargar con más de una bolsa y que compran lo justo. A mi me gusta comprar poco para esperar la cola de la caja a la hora de pagar. Ahí es cuando me siento libre.

Resulta que a la gente le incomoda ver a alguien con una bolsa de ensalada preparada y cuatro latas en medio de una cola de carros repletos, y es en ese momento cuando se empiezan a escuchar los comentarios alusivos a mi. Algunos en voz alta, a nadie específicamente dirigidos, pero dejando el mensaje en el aire para que alguien siga la conversación. "La gente debería dejar pasar a los que llevan dos cosas". Otros son conversaciones a mi espalda pero a volumen suficiente para que yo me entere. "Yo siempre que llevo poco pido paso y la gente me deja, que eso no molesta a nadie". Y ahí es cuando, sin volverme, sonrío y me alzo victorioso, haciendo como que no les oigo, como si estuviera en mi mundo ensimismado, pero no, esto es un acto de rebeldía y me mantengo firme en la cola viendo como delante mía ponen un fanta, cinco bolsas de charcutería, colacao, fairy, galletas, pan bimbo, pasta e imaginando como detrás mía la gente estará ya notando el sudor frío recorriéndole la espalda porque hay alguien que no hace lo que se hace en estos casos.

Hay gente que opina que esto simplemente es ser idiota, po na.

jueves, 19 de marzo de 2015

El ascensor de su vida

Como la cosa está tan mal para conseguir trabajo y lo único que hace debatir al personal son las situaciones que se dan en cualquier reality he decidido liarme la manta a la cabeza, pasar de la Historia y de ser profesor y convertirme en diseñador de realities.

El primero (y único por ahora) que he pensado se me ha ocurrido hace apenas una semana que he pasado bastante tiempo por el hospital. Consiste en colocar a ciertas personas en la cuarta planta de residencia* y darles un destino a cada una de ellas al cual tienen que llegar usando el ascensor. Parece fácil pero es verdaderamente una odisea.

La primera dificultad está en que siempre que se van a cerrar las puertas llega alguien a lo justo y vuelven a abrirse, alargando el proceso unos segunditos que se hacen eternos; también está el factor de que la gente no se fija si el ascensor sube o baja y, cuando ven que el ascensor se mueve en la dirección contraria a la esperada exclaman con sorpresa "uy! si yo le he dado a la planta baja!"; tampoco podemos olvidar el celador que aparece con una camilla y pide por favor que salga todo el mundo para poder trasladar al paciente, generando una serie de protestas que el propio enfermo tiene que soportar (desde luego, si tan urgente es su cura, que vaya corriendo a quirófano él solo); y, la última de las dificultades previsibles, es que el ascensor se para en todas las plantas.

Los castings también se grabarían y el modelo de selección del personal sería muy sencillo: pasan el corte todas aquellas personas que, independientemente de la planta en la que se encuentren y a la que tengan que ir, pulsan el botón tanto de subida como de bajada. Después, la siguiente criba se llevaría a cabo por la explicación de tal comportamiento: si ha sido una equivocación se va a la calle, si dice que no sabe con seguridad si hay que pulsar hacia donde se va o desde donde se va tiene posibilidades pero tendrían que evaluarse y si dice que es para que el ascensor venga más rápido entra seguro en el concurso.

Decidme que también os ha pasado a ustedes y que no soy el único sufridor.

*Para el personal no gaditanizado, residencia es como se le llama aquí al hospital, porque antes era la Residencia Zamacola.

miércoles, 4 de marzo de 2015

El Messenger te permitía conocer gente

La última vez que usé el messenger yo estaba de erasmus y abrir el programa era como pasearse por la zona franca un 1 de enero: no había nadie. Yo me conectaba porque mi madre lo seguía usando y porque no me gustaba usar el chat de facebook, pero a parte de nosotros solo estaba mi amigo Juan Carlos.

Sin embargo, a pesar de que la gente lo olvidó rápidamente con la aparición de facebook, el messenger nos había permitido conocer a la gente. No me refiero a conocerla como ahora, que agregas a la persona en cuestión y ves de ella lo que quiera mostrarle al mundo, sino que la conocías de verdad, a fondo, porque el subconsciente traicionaba y te quitaba la máscara ante el mundo.
Con el facebook se puede elegir una foto interesante para el perfil, compartir citas del pesao de Paulo Coelho y poner que el libro estaba mejor que la peli, dando a entender que eres una persona que vale la pena.

En cambio el messenger desnudaba el alma y nos enseñaba que había dos tipos de personas: las permisibles y las desesperantes. 

Las permisibles podían escribir unos nicks muy profundos, aprovechar el subnick al máximo, meter colores e iconos en ambos... vamos, que aquello parecería el real de la feria, pero al fin y al cabo se podía mantener una conversación con ellas una vez que te acostumbrabas.

Las desesperantes no es que pudieran hacer lo anteriormente nombrado, sino que a la fuerza lo hacían (cosa que ya hemos dicho que no tiene por qué ser mala). Pero lo que no era en absoluto de recibo era que creaban códigos aleatorios para los iconos externos, de manera que donde querían poner "He aprobado selectividad y voy a la universidad" se leía "Equisdé a-helado-do mandodelaplay-idad y muñecoandante a clavedesol unicornio-ojo-sidad". 
Esa gente, como recordaréis, tenía la necesidad de iconos inútiles como una bolsa de papel o introducían imágenes grandes que luego no se distinguían.

Las personas desesperantes mostraban que eran la basura del messenger, por eso agradezco que el Whatsapp no permita iconos añadidos por el usuario, porque lo que faltaba era sumarle a la gente que no sabe manejar el autocorrector, a la que escribe con los codos y a quienes no usan los signos de puntuación una serie de iconos puestos en mitad de una palabra de manera aleatoria. 
Eso si, no se por qué no hay todavía un culo y un corte de mangas.