sábado, 25 de abril de 2015

La peñita exageradísima

De gente exagerada he escuchado sobre dos pueblos en concreto: el pueblo vasco y el andaluz. Del andaluz no lo se, no puedo estar seguro porque supongo que es algo que, al vivirlo día a día, lo tomo como cotidiano y pasa de largo por mi mente, y de la gente del País Vasco pues tampoco se qué decir. Es cierto que una vez en un desplazamiento del Athletic de Bilbao de unas 5.000 personas entrevistaron a uno que aseguraba que eso era muy poca gente, que seguramente habría unas 100.000, y también conozco a una vasca, pero es más bruta que exagerada, así que tampoco puedo dar fe de esta afirmación.

Lo que está claro es que la gente exagerada es la que se encarga de ponerle nombre a muchas cosas. El saltamontes es una de ellas. Es verdad que estos bichos se mueven bastante bien en vertical y que, en relación a su cuerpo es una barbaridad lo que saltan, pero los montes son mucho más altos que eso, vamos a ver. Más saltan las pulgas, que si tuvieran el tamaño de un ser humano saltarían por encima de la torre Eiffel (dato real), y nadie les ha llamado saltatorres o saltaeiffeles, sino pulgas.

Pero el aparato con el nombre más exagerado del mundo es el matasuegras. Ese aparatito que hace ruido al soplar y desenrollarse; hecho de papel, plástico y, con el uso, saliva; que tiene nombre de pueblo de Murcia; y que, al final, acaba rompiéndose, lo bautizaron como un arma mortífera contra las madres de las parejas de cada cual.
"Matasuegras, el regreso" y vemos a Vin Diesel rollo terminator en un trailer cargándose a las madres de sus amantes.
Es posible que, en algún momento de la historia de la humanidad, quien inventó el matasuegras mató a su suegra del susto, pero ponerlo en plural me parece ya demasiado. Además es un riesgo por parte de la empresa, porque a través del nombre se asegura un éxito que dudo mucho que se alcance gracias al aparatito, lo que puede acarrear denuncias por publicidad engañosa.
Además, incluso teniendo en cuenta que en México se llama espantasuegras, tampoco me parece acertado, porque cuando yo me imagino una suegra en una fiesta (de cumpleaños, guateque, fin de año puretil, etc.) me la imagino con un gorro, espumillón en el cuello y un matasuegras/espantasuegras.

Ni mata ni espanta, atrae y da vida.

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