martes, 10 de agosto de 2010

La Barba coa

La Bar-ba-coa, la barbacoa, todos los años, la barbaquiú!
Después de haber pasado el riguroso día de descanso tras las barbacoas de Trofeo Carranza (lunes de resaca, que oportuno) vengo a explicaros las diversas tipologías de barbacoeros.

En primer lugar encontramos al modelo de barbacoero más clásico. Este se encarga de comprar carne pa to el mundo, de cargar con siete neveras pa que la bebida siempre esté fresquita, de llevar una barbacoa de último modelo (suya por supuesto y de estreno) y de hacer turnos en la playa desde las 8:00 a.m.
Es decir, el pejiga (con G o con J?) que de lo que sobra dice de quedar un día con todos los amigotes para hacer una barbacoa más pequeñita (como para hacerla más grande). Lo que pasa que al final es él el que se come todo en una semanita que podríamos denominar "la semana de la grasa y el tocino".

Luego está el cadista. Este especimen va cada año al Trofeo Carranza y el pobre tiene la esperanza de que el Cádiz gane... ay! Como le gusta estar hasta el final del todo se pierde los fuegos y va por el camino del Carranza a la playa pensando "algo me habrán dejao, no?" y cuando llega a la playa no puede comer porque tiene que saludar a todo el mundo y todo el mundo le pregunta por el resultado, las jugadas, las impresiones y las polémicas no ya de los partidos del día de las barbacoas, sino de los cuatro partidos.
Cuando alcanza la comida los pinchitos, las croquetas, las tortillas y demás alimentos están fríos, la cerveza no tiene fuerza y las papas aliñás solo son la sombra de lo que fueron.
El mejor aliado para este modelo barbaquil es el sujeto 1, que le recibirá haciendo comida y ofreciéndole de todo.

El tercer sujeto es el mochilero. Se podría decir que es el que tiene más cara. Va con una mochila y un bocata andando por toda la playa y, durante su trayecto, se encuentra "casualmente" a todos sus conocidos. Después de los saludos y de explicar que este año ha decidido no hacer barbacoa te enseña el bocadillo y dice "vengo engollipao, como no tengo na pa echarlo pa abajo...".
Así que, como la gente en las barbacoas del trofeo es más amiga que nunca, le invitan a lo que el quiera y después de haberse desengollipao se despide con un "bueno, os dejo, que le había dicho a unos amigos que están más pallá que iba a hacerles una visita".
Y vuelta a empezar pa el mochilero.

El siguiente es un pack 2x1. Los musiquitas podríamos denominarlos. Suele ser un guitarrista acompañado por alguien con un cajón. A ellos la comida les da igual. A ellos el fútbol les da igual. A ellos su garganta les da igual. Solo les interesa poner banda sonora a la fiesta.
Para ello, se han pasado un año entero entrenando para que, cualquiera que les pida una canción, puedan tocarla sin problemas. Carnaval, Rumba, Tanguillos, Alegrías... de to Mari!!!

El caradura es otro de los más comunes. Establece un campamento franco desde donde controla a varios de sus conocidos y, cada vez que se acerca a saludar, aprovecha y pide hielo, coca-cola, fanta, ron...
Su táctica es llevar el vaso vacío a sus primeras víctimas y pedir el hielo, luego se va a otro grupo y pide el coca-cola y, por último va a su último objetivo y pide el ron/güisqui/ginebra/gasolina/lo que sea, jurando siempre que "me acabo de dar cuenta que lo único que se me ha acabao ha sido el (insertar nombre del producto según lo avanzado de la operación"

Por último está el Guadiana. Es el típico que de pronto lo ve todo el mundo y al segundo nadie lo ve. Todo el mundo pregunta por él y, a la hora y pico aparece diciendo "po estaba aquí al lao, que he ido a saludar a esta gente".

Y como de artista, poeta y loco todos tenemos un poco, de esto también... o al menos yo lo tengo...

PD: El año que viene lo gana el Cádiz, seguro.

1 comentario:

  1. Te has dejado al angango que no trae ni un triste bocadillo pero de botellas alcohólicas trae 15 neveras a rebosar, las cuales comienzan a ser consumidas a las 17.00 y a las 23.00 ya no queda alcohol ni para sanar una herida.
    Son los que se pelean, tiran botellas, van patosísimos y, en definitiva, los que más por saco dan.




    Este año ha sido el primero en el que no he ido a visitarte para ver si todo iba bien.

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