miércoles, 14 de abril de 2010

Reprimido

Hola que tal.
Hoy vengo mosqueao. Y todo por culpa de que me han recordao un par de historias que me ocurrieron cuando era pequeño.
Me lo han contado entre risas y eso me ha enfadado incluso más, ya que podría haberme causado una profunda crisis infantil.

Os explico. Mi hermana va de liberal y demás, pero cuando éramos pequeños se encargaba de reprimirme.
Una sana costumbre que yo tenía (y que tendrían muchos al igual que yo) era salir a la calle con un juguetito para que la imaginación de un inocente niño como el que era yo volara por la ciudad y me hiciera ver un gran circuito de carreras, una pradera llena de indios o un sistema galáctico de la Guerra de las Galaxias.
¿Qué tiene eso de malo? nada, direis. Bueno, pues mi hermana se encargaba de destrozarme mis sueños cuando el juguete que me quería llevar a la calle era una muñeca suya.
Si señores, mi hermana se negaba, se ponía intransigente y, por no aguantarla, yo tenía que dar mi brazo a torcer y llevar un cochecito o el Halcón Milenario.
Así era mi infancia. Marcada por los estereotipos.

El siguiente freno a mi voluntad también lo impuso ella. En mi casa me ponía sus pasadas y a ella le hacía mucha gracia. Deseaba que me las pusiera para jugar y me instaba a hacerlo.
Pues bien, llegó el día en que, suponiendo que si le hacía feliz a ella haría a mucha gente feliz. A ella no le pareció correcto y se negó a que saliese a la calle con una pasada, porque eso era de niñas.
Primero me reía la gracia en casa y luego me prohibía hacerlo en la calle. La muy egoista quería disfrutar sola con mis jocosas ocurrencias sin dejar que el resto de la humanidad lo hiciera.

Con que cosas de niñas, eh! pues ahora llevo los pelos así por tu culpa!!! Y USO PASADAS!!!!

I WANT TO BREAK FREE!!!

2 comentarios:

  1. Mañana la tengo en casa, así que le daré una buena paliza para vengarte

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  2. Menuda egoista tu hermana! Ya decía yo que tenía un brilo malvado en los ojos...

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