jueves, 9 de octubre de 2014

La teoría Yesenia

Hoy vengo a hablaros de una teoría sobre la que llevo tiempo pensando. Bueno, la pensé un día y desde entonces llevo recordándome que tengo que escribir de ello aquí. Ya se que no soy ni científico, ni médico, ni sociólogo, pero si soy un chalao que habla de todo.

La teoría, que recibe por nombre Teoría Yesenia en honor a cualquier Yesenia del mundo, establece que el nombre de una persona condiciona su comportamiento, sus gustos y, sobre todo, su futuro académico. Pero no todos los nombres afectan, la teoría es mucho más compleja. Vereis, un nombre como Yesenia asegura una desastrosa vida académica, al igual que ocurre con otros nombres como Nayara, Zoraida, Ainara, etc. luego existen nombres que podríamos denominar como "categoría 2" y son los que tienen un atisbo de posibilidad de salir adelante. En este grupo encontramos a las Jeni, las Tamara, Lorena, etc. Son gente que, como salida laboral, pensaran en Gran Hermano o, quizás, en una peluquería, pero no porque sea un oficio de cortos (jeje) sino porque están convencidas de que es fácil. Total, han pasado la mayor parte de su vida peinándose para salir.
Por supuesto existe la versión masculina, aquí no se libra nadie. Los Yeray y Kevin son los más comunes, pero la categoría dos está plagada de Cristian, Moises, y la mayoría de nombres del Antiguo Testamento, curiosamente.
Esto no quiere decir que el resto de nombres estén a salvo. Alguien puede llamarse perfectamente Juan o Lucía y acabar siendo lo peor de la clase.

Pero, curiósamente, existe lo que he denominado La Técnica Abraham (aquí no aparece el nombre real, en verdad tiene el de un amigo mío que no escribo para mantener su anonimato y que no me diga na). Supone que, si unos padres están convencidos del éxito de su hijo, pueden ponerle un nombre de categoría 2 (de la primera sería arriesgar demasiado), vestirle con chandal siempre y darle ciertas concesiones para que los profesores no le tomen en serio y le asimilen al grupo de los chungos. Esto hará que, a la mínima que el individuo haga de manera decente los exámenes, los profesores se llevarán tal sorpresa que verán que merece un sobresaliente, un notable como mínimo. Y así hasta la universidad que, cuando vea que ya lleva bien encarrilada su carrera, empezará a vestirse con vaqueros, se echará novia, se pondrá más formalito... una jugada redonda Chri- Abraham, que diga.

Y si, lo que he escrito es muy clasista, pero vamos... que se trata de lumpens, gentuza, que diría aquel. ¿No?

martes, 16 de septiembre de 2014

Eso por hablar

Hay situaciones que son propias de dibujitos animados o de sit-com chunga (si, uso dibujitos animados y sit-com en la misma frase) que es muy complicado que se reproduzcan en la vida real. Lo que ocurre es que a veces se alinean los planetas y deciden putear a dos chavales.

Esto que cuento me sucedió con un colega a principios de julio, cuando nos íbamos a Italia unos días, y es totalmente verídico. 

La ida se hacía yendo desde el aeropuerto de Jerez hasta Madrid, y allí hacíamos escala hasta Bolonia. Fácil en un principio, un trayecto de aproximadamente una hora, con bastante tiempo de espera entre la llegada del primer vuelo y la salida del segundo por lo que incluso podríamos permitirnos el lujo de almorzar tranquilamente.

Como digo, se produjo una situación bastante cómica* porque la primera frase de mi amigo (del que mantendré su anonimato) al facturar las maletas fue "a la mía le he puesto un floripondio para que no se pierda". Como os estareis imaginando, la maleta se perdió, pero no adelantemos acontecimientos. 
Lo primero que ocurrió fue que el despegue se retrasó por algo de niebla, humedad, o a saber qué en el aeropuerto Madrid Barajas Adolfo Suárez Lagarto Spock. Con el cachondeito íbamos diciendo que al final nos perdíamos el vuelo hacia Italia por culpa de la niebla madrileña. Cachondeíto hasta que la azafata nos dijo que igual teníamos que darnos bastante prisa para no perder el vuelo. Se suma a lo surrealista de esta situación que el avión aterrizó en la puerta junto la que teníamos que embarcar, pero que el autobús nos llevó a la entrada principal de la T4. Tuvimos que ir corriendo para llegar a la puerta -la última de la terminal, como no- para no perderlo, ya que llegamos en última llamada.

Mi compañero de viaje iba en la última fila y, al aterrizar en Bolonia, me dice, otra vez con guasa, "tengo una noticia buena y una posible mala: he visto que embarcaban la caseta de campaña pero no se si la maleta la habrán metido, así que igual la han perdido". La imagen que ilustra esta historia es un fiel reflejo de cómo quedó la cinta en Bolonia: una única maleta dando vueltas que no era la nuestra y la zona de llegadas vacía completamente. 
Fuimos a preguntar y, efectivamente, nos dijeron que la maleta estaba en Madrid y que llegaría al día siguiente, que fuésemos a recogerla.

Cuando fuimos a coger el autobús que nos llevaba del aeropuerto al centro de la ciudad vimos que había una máquina de tickets que no daba cambio por lo que dejamos ir al bus que estaba allí y tuve que ir por las tiendas del aeropuerto con un billete de 10€ en la mano para que me dijeran que nadie tenía cambio (ARO JOE!) y tenerme que comprar un nestea de 3 eurazos. Al llegar a la máquina vi que estaba estropeada y que se le pagaba directamente al chófer, que si que tenía cambio.

Esta serie de retrasos nos hicieron llegar a lo justo a la estación y, cuando parecía que la fortuna nos sonreía porque encontramos (de casualidad prácticamente) el último autobús que nos llevaba a la zona de camping, perdimos este a pesar de haberle dicho al chófer que íbamos a la máquina a comprar el billete.

Finalmente, oscureciendo ya y cargando con mochilas y una tienda de campaña, decidimos coger un taxi. Una vez dentro mi compi soltó una frase lapidaria:

"Se me olvidó decirte que soy un poco gafe, porque en los viajes suelen pasarme cosas de estas".

Bien jugado, capullo.

*Cómica cuando pasaron los días, los dos primeros fueron pa echarlos.

jueves, 28 de agosto de 2014

Cine de Barro (IX)

Quiero ser como el Petra (V.O. quiero ser como Beckam)

Chari (Natalie Portman) es una chavalita que tiene un montón de amigos chirigoteros, la típica que charla cada día con el Popo y le pregunta cómo se va a llamar su próxima chirigota. Chari quiere salir en una chirigota, pero su padre (que es un poco sieso) le dice que ni mijita, que como mucho una comparsa que es más de niñas, pero Chari, que es más de cuplé guarrón que de pasodoble de lagrimita, se va a juntar con otra amiga y se va a pasar lo que le dice el padre por el toto alto.

Año: 2014
Idioma: Viñero puro
Duración: Lo que permita el COAC
Banda Sonora: Chirigotas varias, pero viñeras, chirigotas puras de to la vida.

lunes, 11 de agosto de 2014

Trabajazo

Dicen que el trabajo dignifica al hombre (no se quiénes lo dicen, la verdad, yo nunca se lo he escuchado a nadie de confianza) pero he llegado a la conclusión de que hay casos en los que la susodicha frase no se cumple. Quizás sean la excepción que confirma la regla, pero desde luego que algunos trabajos son pa echarlos.

Hace un tiempo hablé del anuncio del Jex Extender en el que el papel de una actriz se limitaba a decir una lapidaria frase en la que la muchacha tenía que reconocer que "a mi me gustan grandes" (a mi no, a la actriz). He pensado que, al fin y al cabo, ese no se trata de un mal curro. Posiblemente la chavala no estuviera diciendo ninguna mentira o, en el caso contrario, no especificaba que hicera referencia a los penes.

Los que si que he visto que son trabajos chungos son los siguientes:
En primer lugar tenemos a la persona que ha estado varios años estudiando una carrera o un grado de FP de imagen y sonido con lo que ello implica: asignaturas varias, mañanas, tardes y noches de estudio, técnicas de grabación, prácticas y, al fin y al cabo, un importante tiempo de su vida empleado en ello.
Con todo ello recibe una oferta de trabajo de Mediaset, para currar en el extranjero, y que descubra el sorpresón que encierra el contrato: te mandan a una isla a grabar a Chiqui y su novio acostándose en Supervivientes. ¿Qué hace cuando acaba? ¿les ofrece un cigarro? ¿comenta la jugada?  El caso, un numerito.

Otro caso, similar al anterior, es el de quien ha estado estudiando, en este caso, periodismo. Es igual que antes, con varios años de estudio y prácticas, de aprender el oficio a base de error y de adquirir la picaresca para ser la primera persona en conocer la noticia para acabar redactando para EFE la noticia de que la Infanta Sofía ya conoce al Ratón Pérez. Rabiosa actualidad, claro que si. Váyase a la mierda la corrupción, Palestina, Ucrania y la crisis, que a la niña le ha traído algo el Ratón Pérez.

Pero el otro día, pensando en estos trabajos, llegué a la conclusión de que el peor caso es el siguiente:
Imaginaos el caso de un cantante, o simplemente de alguien que vive de su voz, como el de EA Sports, que está guapísima la entonación y todo. Imaginaos, como os digo, alguien que viva de su voz y que le llame Ennio Morricone porque necesita su voz para la banda sonora de un Western, protagonizado por Clint Eastwood y dirigido por Sergio Leone. Pelotazo ¿no? pues imaginad ahora la cara que se le quedaría cuando descubriese que su cometido en El bueno, el feo y el malo era gritar en el tema del inicio "JI! JI! JAJAJÚ!"

lunes, 21 de julio de 2014

Cazar al cazador

Me despierto en mitad de la noche y se que es él. Un ruido, un movimiento, algo ha hecho que me despierte, pero yo se que lo ha provocado él y, aunque sabía que este momento llegaría y hace tiempo pensaba que estaba tardando demasiado, ahora me parece que no me había preparado lo suficiente. Viene a por mi, yo lo sabía y no llegué a tomármelo en serio.
Es de noche y la ausencia de luz me impide verlos, pero se que los cadáveres de su familia siguen ahí,
decorando mi casa del mismo modo que lo hace un cuadro o una estantería y, del mismo modo que lo se yo, lo sabe también él. Lo ha escuchado, lo ha visto, lo ha intuido, lo que sea, pero lo sabe. Y ahora está aquí y ha venido a por mi.

Me despierto y es de día. Sigo con vida para mi sorpresa. A mi alrededor todo sigue igual que ayer, nadie diría que hubo alguien conmigo, pero yo lo se, porque me ha dejado una marca en el antebrazo. ¿Un aviso? ¿una amenaza? no lo se, pero está claro que la elección para marcarme no es casual, quiere que vea su marca a diario, de hecho desde que la he visto no puedo dejar de pasar mi dedo sobre ella y pensar ¿qué es lo que quiere?

Vuelve a ser de noche y no consigo dormir. Pienso en esa familia suya que tengo como trofeo de guerra: alguno aplastado, con sangre marrón pegada en lo que anteriormente fue una cara; otro una muerte limpia, tanto que parece que duerme; y así sigo enumerándolos uno por uno y preguntándome aún por qué me dejó la marca en el antebrazo.
De pronto me despierto, de nuevo, como la noche anterior. No puede ser otra cosa aparte de él pero el resto de la noche pasa tranquila, aunque yo no puedo dormir. Ahora entiendo lo que ha hecho, ahora entiendo la marca. No era un aviso ni una amenaza, sino un mensaje, un mensaje que me dice que puede hacer conmigo lo que quiera, que me tiene a su merced. Quiere que enloquezca antes de atacar, porque cada noche está ahí, y va a seguir estándolo hasta que se decida a actuar.

Ha amanecido, ya hace cinco días de la marca y cada noche de estos cinco días me he despertado sobresaltado pensando si al amanecer seguiría todo igual. Pero el amanecer de hoy ha sido diferente. Hoy me he despertado y había sangre en mis sábanas, a la altura de mi abdomen, pero no era mía. He seguido el rastro y lo he visto. Un suspiro de alivio y una sonrisa nerviosa han surgido cuando he visto su cadáver junto a mi cama.
No se si habrá sido un descuido suyo o si habrá alguien que le vigilaba para que no lograse su objetivo, pero no me preocupa, al menos por el momento. Ahora únicamente desayuno relajado pensando en que este mosquito ya no volverá a picarme.

(Basado en hechos prácticamente reales).

lunes, 30 de junio de 2014

Verano, ver ano

A mi me gusta el verano, bastante, bueno no, me gusta tela, es mi época favorita del año, pero no puedo evitar odiar una cosa de esta época.
Yo soy de estar en mayo ya nervioso por hacer planes para el verano, ir a conciertos, pensar en los partidos de voley, mirar un bañador por si el mío se ha quedado pequeño (grande en este año, pero bueno), con lo cual el 21 de junio estoy más feliz que el Cigala con una servilleta.

Pero en estas llega la publicidad y me jode. No me doy cuenta al principio, la verdad, pero en cuanto pasan unos pocos días ya estoy yo cabreao con la tele.
Los anuncios que hablan del verano me prometen la estación más flipante de mi vida, mejor aun que si juntara el concierto de Iron Maiden, el de AC/DC, el Camino de Santiago y la boda de mi hermana. 

Yo me pongo a ver la tele y veo primero el anuncio de cerveza, creo que de Mahou, que es larguísimo. Es un festival en una cala del Mediterráneo (es de Estrella Damm, acabo de acordarme, Mahou es una mierda) con música, malabares, proyecciones psicodélicas, etc. todo muy espontáneo con juegos de peleas en el agua y muchas risas. 
Y pienso yo "joe tío, que verano más guapo va a ser este cuando vayamos a la playa de noche y hagamos esto", pero luego me doy cuenta de que para mover a mi pandilla hacen falta 15 tractores, que el ayuntamiento no deja hacer estas cosas en la playa y que, como mucho, alguien aparecerá por la playa con una guitarra, pero vendrán los locales y nos dirán que nos vayamos.

Tampoco se queda corto un anuncio que no se de qué es pero la cancioncita dice algo como "I'm in love, I'm in love, nananana, in a beautiful world" (puede que nananana no lo diga realmente). El anuncio va un chaval en el bus, ve a una morena guapa que se baja, se terminan encontrando por whatsapp y se lían en mitad de la playa con un montón de peña formándola. Yo con este anuncio pienso lo guapo que están los ligues de verano de ese tipo, pero yo ligues de verano habré tenido dos en mi vida, a una ya la conocía de antes y con la otra no pasó nada porque tenía tendencia a hablar siempre de su tío. Y aún si hubiera tenido la oportunidad de ligar alguna vez como en el anuncio, con lo subnormal que soy la habría cagado, seguro.

Luego hay otra serie de anuncios como los de La Vuelta, que sale un montón de peña dando un paseo en bici bajo por Finisterre me tengo que quedar con las ganas; o una pandillita que le tiran un cubazo de agua a una amiga y allí se ríe todo el mundo mientras que yo se que si hago eso habría caras largas durante varios días; y también están los de fiesta en la piscina con DJ que en mi caso termina siendo la gente buscando la sombra, con la piscina vacía y gritando "Kike, quita esa música que na más que te gusta a ti".

Así que este año, para no llevarme desilusiones, me he propuesto pasarlo a base de preparar el Trabajo Final de Máster, de hacer las prácticas del máster, de sacarme el carnet (del Cádiz y puede que el de conducir) y de ir a la playa de vez en cuando... Ah, y de ir de vacaciones, dos veces, y de dar algún que otro concierto, y de salir mucho, y de fiestas en algún campo, y de fútbol, y de rugby, y de cerveza y tinto, y...
Qué me gusta el verano!

martes, 17 de junio de 2014

Ponme otra copa

Llegó el Mundial. Bueno, llegó hace una semana, pero soy así de lento. El problema es que ha llegado el, probablemente, mundial más polémico de la historia. 
Las protestas en las principales ciudades brasileñas por las condiciones de vida, los desplazamientos, la militarización de las favelas y demás empaña lo que debería ser la mayor fiesta futbolera en el país más futbolero.

Y no solo eso, sino que encima ahora entra en Twitter y uno lee el hastag #RoboaCroacia, Iker al banquillo, el ojo de halcón no vale... y yo mientras tanto que sigo buscando en que grupo está Yugoslavia. El problema de los árbitros y sus decisiones siempre ha existido, así que propongo que lo siguiente que escribo sirva como base para la próxima copa mundial de la GRIFA (Grupo Real Internacional de Fútbol Amateur):

El fútbol tiene unas reglas muy complicadas que dan lugar a confusiones, así que se va a jugar como de toda la vida se ha hecho. Esto es, mal, sin equipamiento apropiado, en terrenos adversos y con las siguientes normas:

1. El terreno se calcula a ojo, si uno corre muy por la banda y la gente empieza a gritarle, significa que ha salido fuera.
2. El balón lo aporta algún participante reservándose el derecho de cabrearse, irse y dar por finalizado el encuentro.
3. La portería se hace con dos objetos (sudaderas, chanclas...) separados por una distancia consensuada entre los dos equipos teniendo en cuenta la cantidad de participantes en el partido. En cualquier caso la distancia se medirá en pasitos cortos o su equivalencia en largos.
4. Si el portero tiene que saltar para coger el balón, es alta, no gol.
5. Existe la figura del portero-delantero o portero el que llegue.
6. No hay fuera de juego, pero no se vale el perrito guardián.
7. Si una jugada acaba en gol pero es dudosa su validez se recurre al "o gol o penalti", eligiendo el equipo afectado una de las dos opciones.
8. Si algún participante la tira lejos se aplica la ley de la botella: el que la tira va a por ella.
9. El punto anterior se puede rebatir con la ley del vaso: el que la tira no da ni un paso.
10. Los equipos no tienen que estar necesariamente equilibrados ni en calidad ni en cantidad.
11. El final del partido se determina por las siguientes causas:
   11.1. El/la dueño/a del balón se va.
   11.2. Se embarca el balón sin opción de recuperarlo.
   11.3. Se acuerda entre ambos equipos que "el que marque gana", sea cual sea el resultado previo a este acuerdo.

Un mundial de esto sería un descaro. Tanto Neymar, Cristiano o Manola.