martes, 17 de junio de 2014

Ponme otra copa

Llegó el Mundial. Bueno, llegó hace una semana, pero soy así de lento. El problema es que ha llegado el, probablemente, mundial más polémico de la historia. 
Las protestas en las principales ciudades brasileñas por las condiciones de vida, los desplazamientos, la militarización de las favelas y demás empaña lo que debería ser la mayor fiesta futbolera en el país más futbolero.

Y no solo eso, sino que encima ahora entra en Twitter y uno lee el hastag #RoboaCroacia, Iker al banquillo, el ojo de halcón no vale... y yo mientras tanto que sigo buscando en que grupo está Yugoslavia. El problema de los árbitros y sus decisiones siempre ha existido, así que propongo que lo siguiente que escribo sirva como base para la próxima copa mundial de la GRIFA (Grupo Real Internacional de Fútbol Amateur):

El fútbol tiene unas reglas muy complicadas que dan lugar a confusiones, así que se va a jugar como de toda la vida se ha hecho. Esto es, mal, sin equipamiento apropiado, en terrenos adversos y con las siguientes normas:

1. El terreno se calcula a ojo, si uno corre muy por la banda y la gente empieza a gritarle, significa que ha salido fuera.
2. El balón lo aporta algún participante reservándose el derecho de cabrearse, irse y dar por finalizado el encuentro.
3. La portería se hace con dos objetos (sudaderas, chanclas...) separados por una distancia consensuada entre los dos equipos teniendo en cuenta la cantidad de participantes en el partido. En cualquier caso la distancia se medirá en pasitos cortos o su equivalencia en largos.
4. Si el portero tiene que saltar para coger el balón, es alta, no gol.
5. Existe la figura del portero-delantero o portero el que llegue.
6. No hay fuera de juego, pero no se vale el perrito guardián.
7. Si una jugada acaba en gol pero es dudosa su validez se recurre al "o gol o penalti", eligiendo el equipo afectado una de las dos opciones.
8. Si algún participante la tira lejos se aplica la ley de la botella: el que la tira va a por ella.
9. El punto anterior se puede rebatir con la ley del vaso: el que la tira no da ni un paso.
10. Los equipos no tienen que estar necesariamente equilibrados ni en calidad ni en cantidad.
11. El final del partido se determina por las siguientes causas:
   11.1. El/la dueño/a del balón se va.
   11.2. Se embarca el balón sin opción de recuperarlo.
   11.3. Se acuerda entre ambos equipos que "el que marque gana", sea cual sea el resultado previo a este acuerdo.

Un mundial de esto sería un descaro. Tanto Neymar, Cristiano o Manola.

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