viernes, 25 de diciembre de 2015

Dulce Navidad

Qué bien que ya es Navidad. Un día, una época del año, que es, citando al Sheriff, "tiempo de paz, tiempo de amor, tiempo de que te mires en tu interior y veas algo más que 100% algodón". Unas fechas para que todo el mundo esté feliz y contento y se recuerden los buenos momentos.
Pues parece que para un sector de los ideólogos de esta fiesta esto no es así. Los ideólogos, por si no lo sabíais, es la cristiandad, y el sector al que me refiero son los compositores de villancicos.

No se si os habéis fijado, pero dentro de los villancicos hay, ocultos como segunda estrofa que nadie se sabe, mensajes muy chungos.
Hay una tendencia de celebrar el nacimiento de Jesús recordando que va a morir crucificado. ¿Os imaginais ir a la planta de maternidad de Residencia y contarle a un niño que va a morir en Texas en una silla? No es bonito, ¿verdad? Pues en el villancico de Endivia tiene bien que dicen, varias veces además, que el niño que está en la cuna en una cruz morirá (bis). Qué envidia... la misma envidia que se pueda tener de una corona de espinas, vamos.

También está la versión Tarantino, de perspectiva en primera persona pero, en lugar de hacerlo desde el maletero de un coche, lo vemos desde un pesebre. Ese pobre niño presentándose como Soy amor en el pesebre y sufrimiento en la cruz. Además de la maldad de preguntarle al niño de quién es, metiendo el dedo en la llaga (AAAAAAH!).

Y luego hay otra que no tiene nada que ver con el nacimiento del chiquillo, que es directamente Dios recordando su pasado macarra del Antiguo Testamento en Los Campanilleros en el que, para vengarse de un rico avariento, se carga a sus perros: Pero quiso Dios que los perros de pronto murieran y el rico avariento pobre se quedó. Porque expropiarle es de rojos y mucho mejor es matar a unos cuantos perretes.

Total, que me quedo con la tarara y así recuerdo al Selu.

Felices fiestas y ya estais tardando en ver El Despertar de la Fuerza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario