domingo, 14 de agosto de 2011

Cada 5 minutos o a dos goles

Hola gentuza comparada con Krusty.
Hace un tiempo dije que iba a hablar sobre este fenómeno, pero no me acuerdo en que entrada lo dije, así que no puedo ahora citaros el momento exacto, pero el otro día lo leí y de verdad que dije que lo haría.

La cosa es que ayer jugué un torneo de fútbol (mi equipo quedó campeón, obviamente) y me acordé de esto.
Vengo a hablaros de un fenómeno que se sucede partido si y partido también siempre que no hay un portero fijo en un equipo y surge cuando se pregunta que quién se pone de portero y todos se hacen (nos hacemos) los suecos.
Luego de un "hombre base" o el "25 a la pirula" (eso no son pastillas?) de rigor se establece que, el portero se cambia "cada 5 minutos o a dos goles".

Lo curioso es que, a medida que avanza el tiempo, tanto en el partido como en nuestra vida, el fenómeno experimenta cambios.
En la primera fase, hasta los 17 años, el que está de portero observa cómo sus cinco minutos como portero son más largos que los 5 minutos restantes. El portero sabe que, si él estuviera jugando, el balón ese habría entrado porque sabría estar en el sitio pa pegarle por derecho.
En el momento en que esos interminables 5 minutos han acabado se grita eso de "CAMBIOOOO" y de nuevo los jugadores de campo se hacen los suecos. "A quién le toca?" "Yo iba detrás de Piñe" "Yo detrás tuya" y así un rato hasta que uno reconoce que le toca. Además, cada vez que uno ve que sus 5 minutos pasan muy lentos, piensa que los otros han estado menos tiempo y, como él no va a ser menos, antes de los 5 minutos ya está pidiendo cambio y poniendo a cero el cronómetro. Lo que ocurre es que, como son cinco jugadores y los cinco piensan igual, cada vez es menos tiempo el que están de portero. También puede ocurrir que alguno encaje dos goles misteriosamente rápido y se diga que lo ha hecho a propósito, así que se le hace quedarse más tiempo.

Con más de 17 años la cosa cambia. Ahora, salvo el primero que juega de portero, a todos les parece que su estancia bajo los palos está siendo demasiado corta y, curiosamente, no es el portero el que pide el cambio, sino que los demás se pelean por ponerse en la portería. Si el portero encaja dos goles demasiado rápido en esta ocasión no pasa nada, será que es malo de portero y todos los demás están deseando demostrar que ellos son mejores guardametas (y que su respiración -o la falta de esta- es una señal que su organismo le manda para indicarle precisamente eso).
Ayer me di cuenta de que me hago mayor porque pasé un partido entero de portero y me pareció más corto que todos los que había jugado corriendo.

Esto, señoras y señores, es una de las muestras más inequívocas de que nos hacemos viejos. El niño que fuimos nos habría mirado con desprecio si nos viera tan cansados y suplicando al portero que saliera él por nosotros.

...Qué niño más impertinente.

1 comentario:

  1. ¡¡Cuanta verdad chaval!!

    Firmado: Iker Casillas

    (Ahora adivina quien soy)

    ResponderEliminar