jueves, 11 de noviembre de 2010

La noche más larga

Buenas noches, noches, a todos, todos.
Mañana expongo de nuevo un trabajo en clase después de casi un año. Con los mismos personajes de compañeros (más una añadidura) pero un año más sabios (o menos tontos... o no).

Lo de más sabios se debe a que, esta vez, tenemos el trabajo finalizado un día antes de exponerlo. Lo normal en cualquier caso, salvo en el nuestro. Será porque yo soy, yo soy un caso perdío, que decía uno por ahí.

Lo que ocurrió el año pasao nos marcó. Mucho, además. Todo comenzó con la elección del trabajo pensando que habría una multitud enorme e inmensa de información por cualquier lado (entiéndase el interné y los libros de la biblioteca). Pero no, no había na de na!

La cosa se fue extendiendo y, el día antes de la presentación del trabajo, decidimos quedar en casa del Marronero (utilizo pseudónimos para no revelar la identidad de los implicados) para acabarlo.
Eran las 19:00 y aun no teníamos nada escrito y, entre una cosa y otra, nos dieron las 21:00 casi en el mismo estado (casi, porque a las 19:00 teníamos todavía dos horas más para trabajar).
Como es normal, decidimos quedarnos por la noche para acabarlo. Esta decisión dió lugar a...

La noche más larga!!!

Lo primero era hacernos un cafelito, que según decía el Chovinista, era un instantáneo con agua. En lugar de un café el políglota se bebió un vaso de agua sucia. El resto se vieron como iba el tema y utilizaron leche... quedó mejor. Bastante mejor.

Sobre la 01:00 nos dimos cuenta que había que empezar ya a hacer algo. Con lo que nos pusimos a pasar el tema de cada uno al ordenador de Rockiki Balboa. En ese instante nos dimos cuenta que alguno no sabía pulsar la tecla "quitar hipervínculo", otro no sabía poner en condiciones la bibliografía, alguno tiró en exceso de la wikipedia, etc.
Cuando ya estaba todo lo escrito con el mismo estilo, comenzamos a debatir sobre el tema de cada uno, siendo ya entonces las 04:00 de la mañana.
Con esto acabamos todos a las 06:00 reventados, con el plan de ir a la copistería en cuanto abrieran, que suponíamos que sería sobre las 08:30 y todo estaría listo.
Qué ilusos...

Al "día" siguiente nos despertamos muertos de frío y de cansancio, con peor cara que Ronaldinho cagando en un vaso de tubo. estábamos tiritando en la casa y nos empezamos a abrigar con todo lo que teníamos.
Al salir nos morimos de calor. Efectivamente, hacía más calor en la casa que en la calle. No me lo explico todavía.

Llegamos a la facultad y la copistería abría cuando empezaban las exposiciones de los trabajos.
A lo justo pudimos imprimir una copia, pero los pies de página (malditos pies de página) no salían bien.
Estando ya viendo el trabajo de los compañeros nos enteramos de que había que darle una copia a cada profesor. Nos faltaban cuatro copias.
El políglota tuvo que ir varias veces a la copistería porque no acababan de salir bien.

Llegó la hora de la exposición, con la que todo acababa, pero delante de los profesores nos vimos obligados a cambiar el powerpoint (con una escena delante nuestra bastante pinturesca).
Después de todo esto, los profesores nos dieron una caña enorme.

Dos horas de sueño + casi 10 € en fotocopias + powerpoint regulero + exceso de wikipedia + carga monumental de los profesores = 1.3 de 2 puntos. No salió tan malamente la cosa.

Pero para este año ya hemos aprendido y está todo atado y bien atado. Me da a mi que también vamos a dormir poquito... a ver que pasa.

Nos vemos en la cafetería!

1 comentario:

  1. Un clásico de Historia, eso de tener una exposición al año. Créeme que después se agradecen aunque en el día se pase fatiguita. Bueno, y en la noche, en tu caso

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