lunes, 29 de junio de 2009

Por fin!

No vengo a hablaros de las vacaciones. La foto simplemente es que me hace mucha gracia.
De lo que yo hoy he venido a hablar aquí es de una de las mayores satisfacciones que existen.
Todo el mundo sabe que conseguir algo sienta mucho mejor después de un gran esfuerzo, por eso a lo que vengo a referirme es a sacarse un moco que se encuentra muy pegado.

Imagino que todo el mundo ha pasado por esa situación. El saber que tienes un moco ahí pegao quita de la cabeza cualquier otra preocupación o pensamiento.

Todo empieza cuando, al respirar, notamos que algo se mueve levemente por tan solo uno de nuestros dos orificios nasales (tres en mi caso, pero eso es otra historia) y ahí empieza a incomodar la cosa.

Lo primero es que intentamos con disimulo quitarlo y, de pronto, tenemos una cascarria en nuestro dedo. Creyendo que lo hemos conseguido seguimos respirando y nos damos cuenta de que solo hemos extraido la cascarria de manera parcial. Solo tenemos en nuestro poder la punta de iceberg.
Así que seguimos intentándolo siempre con disimulo no vaya a ser que alguien esté mirando.

Tras un rato de ardua batalla nasal pensamos "bueno, voy a dejarlo, total solo es un moco", pero no! nos es inevitable dejar de pensar en ello y seguimos.
En esta parte de la operación ya hemos dejado el disimulo a un lado y perfectamente podemos casi notar como tuestro dedo toca el cerebro de lo profundo que entra.
Nos miramos en un espejo incluso para hacernos una idea de por que lugar cazarlo.

Finalmente, tras haberse arrancado pelos, piel y moquillo líquido, se consigue la ansiada presa y es en ese momento cuando exclamamos...

Por fin!

...listo para servir.

2 comentarios:

  1. Que gran explicación sobre una acción tan cotidiana, aunque algunos sean hipocritas y digan que es una guarrada y las estrujen debajo de sus sillas xDDDDD

    Genial!

    ResponderEliminar
  2. que asco Kike..jajajja ,es la segunda vez que digo esta frase en menos de 5 minutos

    T@N!a

    ResponderEliminar