lunes, 17 de noviembre de 2014

¡Antonio!

Antonio se ha hecho famosísimo en pocos días. Ya sea por el anuncio original o por las parodias que se han hecho desde el día del estreno, todo el mundo conoce a Antonio. Bueno, sobre todo por las parodias porque tengo que reconocer que yo no me acordaría del nombre de Antonio de haberlo visto solo una vez.

Lo que me ha sorprendido es la cantidad de gente que se ha encargado de perder su tiempo en hacernos felices a los demás con pamplinas como las que decoran esta entrada. Y me ha sorprendido porque pensaba que yo era la única persona en haber pensado un anuncio alternativo. De hecho, ahora que lo pienso, no es raro. El final del anuncio se veía venir desde antes de que lo echaran, por eso no entiendo la gente que ha llorado (recalco lo de que hay gente que ha llorado, moñas) al ver el desenlace.

La cosa es que cuando el nota va caminando solo por la calle rollo Rick Grimes en The Walking Dead, pero en Ponferrada en vez de en Atlanta, me imaginé que, con el cabreo, habría cogido una escopeta del paragüero y la llevaría escondida entre la chaqueta y el pantalón. Se pararía en la puerta del bar para recapacitar pero, en ese momento, vería a la gente haciendo una conga y cantando la obviedad de "nos ha tocado el gordo". Obviamente esto no le sienta bien y, tras entrar dando un portazo, se lía a tiros con todos los del bar. Pum, pum! uno menos. Y Antonio diciéndole "que no hombre, por dios, que tenía uno parPUM!".

Cuando ya no queda nadie aparentemente vivo (siempre está el extra que respira estando muerto y en el que todos nos fijamos) ve el sobre con su nombre y lo abre, viendo que Antonio le había guardado un número premiado. Y ahí es cuando dice "dio su p*ta madre... ¡Antonio!"

El anuncio acabaría con la policía, un montón de forenses y demás y una voz en off diciendo "el 22, cuidado con lo que haces, que puede darse el milagro". Y luego saldría el aviso azul de los anuncios de las medicinas diciendo que, si eres el que este año no ha comprado, que no lo digas por la tele, que eso es de imbéciles.

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